Opinión | CONTRAVOLANTES

La gloria, para quien arriesga

Max Verstappen celebra su victoria en México, récord en una sola temporada con 14 triunfos

Max Verstappen celebra su victoria en México, récord en una sola temporada con 14 triunfos / EDGARD GARRIDO/Reuters

México abría la puerta a una carrera diferente, comenzando por la melodía oficial de la Fórmula 1 que oímos con trompetas mariachis, sí. Pero la letra de la canción fue la de siempre: Max Verstappen volvió a ganar y se anotó la decimocuarta victoria en esta larguísima temporada, batiendo además el récord de triunfos en un año en la historia de la Fórmula 1.

No solo era el asfalto, poco abrasivo, del autódromo Hermanos Rodríguez el que abría una luz de esperanza de ver algo más de oposición al todopoderoso Red Bull. La baja densidad del aire debido a la altitud también hacía que la aerodinámica funcionara de forma caprichosa y afectaba al funcionamiento de los motores y los frenos. Y con esas premisas, arriesgar era la carta ganadora, pero de los dos rivales de Red Bull, ni Ferrari ni Mercedes quisieron apostar por la agresividad.

En Ferrari fueron muy conservadores con los mapas de motor, o eso se traslucía por las declaraciones previas a la carrera de sus directivos, a la espera de que los propulsores de los rivales reventaran. Solo el Alpine de Fernando Alonso sucumbió, así que los italianos debieron conformarse con la quinta y sexta plaza. Lo único positivo para la afición española fue que Sainz, después de dos abandonos consecutivos, batió claramente a Leclerc. En esta época en la que en Ferrari no se cortan cabezas de directivos o ingenieros por la falta de resultados, ha sido Carlos quien se ha llevado un palo de la prensa italiana, por haber desperdiciado la pole en el anterior Gran Premio en Estados Unidos. El resultado en México supone un poco de bálsamo para el piloto madrileño, aunque seguro que alguno lo verá como un escaso resultado porque ya está en la general detrás de los dos pilotos de Mercedes.

Y fue Mercedes el que pudo obtener la victoria, pero también en el equipo de la estrella se jugó la carta del conservadurismo. En su caso fue con las gomas. Buscaron compuestos más duros que los de Red Bull, a la espera de que los austriacos sucumbieran. Pero no fue así. Russell y Hamilton machacaron a sus ingenieros en la radio preguntando cuándo se quedan sin gomas los Red Bull, como los niños preguntan desesperados cuándo llegamos.

Lo que sí que por fin llegó fue la sanción a Red Bull por su exceso en el límite presupuestario. La pena: un recorte en el uso del túnel de viento, del que los expertos debaten sobre cuánta ventaja les hará perder en pista, y algo más de 7 millones de euros. ¿No parece estúpido hacer pagar multas cuando el espíritu de la norma es dejar de gastar? ¿No sería mejor limitar todavía más el desarrollo en túnel de viento? Los de Red Bull se rasgaron las vestiduras, pero ya tienen en el bolsillo los dos títulos de 2022, su segundo piloto está a punto de lograr el subcampeonato y su líder es el tipo con más victorias en una sola temporada.