Todo mal

¿Qué ha estado haciendo la dirección deportiva durante el parón por el Mundial y el mercado de invierno?

Javier Solís junto a Miguel Ángel Corona durante una rueda de prensa

Javier Solís junto a Miguel Ángel Corona durante una rueda de prensa / JM Lopez

Dani Meroño

Dani Meroño

Todo mal. No hay más lectura que esa. No valen las excusas. Vale que te guindan dos penaltis (para mí al menos lo son) y que en la primera parte mereces más que ese empate a cero. Sin duda dos factores que podían haber cambiado el transcurso del partido, pero son circunstancias menores teniendo en cuenta la nefasta segunda parte -otra más- del Valencia CF esta temporada.

El equipo ayer mostró ganas en la primera parte y desidia en la segunda. Un vestuario que se reunió con Gattuso esta semana y que, si tenía que demostrar ayer que estaba a muerte con el técnico, no lo consiguió. Una primera mitad en la que tuvo ocasiones y oportunidades de adelantarse pero un segundo acto que fue un despropósito tras otro. Falta de concentración, de actitud y miedo, mucho miedo. Solo Mamardashvili salvó momentáneamente los muebles en un segundo tramo para olvidar. 

Pacheta le ganó la batalla a Gattuso. Por enésima vez el técnico rival consigue leer mejor el partido y reaccionar en busca de lo que se pretende en el encuentro: ganar. El técnico italiano hizo cambios tácticos antes del partido que en la segunda parte se quedaron obsoletos. Sacó a varios futbolistas a la vez en busca de un gol que al final acabó llegando… pero en el equipo rival. Además de forma paradójica, pues fue tras un remate de Larin a pase de Darwin Machís o, lo que es lo mismo, de un fichaje de invierno a pase de otro. Ni revulsivos, ni fichajes, ni tampoco ideas.

Porque el Valencia CF se ha propuesto complicarse la vida un año más. Con todo a favor antes del parón mundialista, se ha plantado en el mes de febrero con más dudas de las que ya teníamos otros años; y con una sensación de crisis que no nos la quita ni siquiera uno de esos humeantes fichajes que no llegan. Porque ahí está una de las claves de la caída libre del equipo: Sin incorporaciones a 30 de enero. ¿Qué ha estado haciendo la dirección deportiva el mes de parón mundialista y durante el mercado de fichajes? ¿Por qué no traen jugadores? No lo entiendo.

No sé si la solución pasa por echar a un Gattuso visiblemente superado por la situación, sin plan B y con un discurso que no entiendo. Y digo esto porque ya me da más miedo el posible recambio que cualquier otra cosa. Aunque peor es casi imposible.

Como tampoco entiendo cómo tras la derrota del pasado jueves y la de ayer los primeros que salen a hablar sean Cenk y Cömert que, con todos mis respetos, acaban de aterrizar en Mestalla. ¿Por qué no salen los capitanes? ¿Por qué no hablan con la afición? Es momento para apoyar al equipo y cerrar filas sí, pero también para salir a liderar -solo he visto a Cavani asumir galones- y hablarle a una afición que está cada vez más agotada. Cansada de que no hayan fichajes, de que se instale un discurso de mediocridad en el que algunos jugadores se sienten cómodos o protegidos y fastidiada de que nos pinten la cara cada semana. Con un máximo accionista que pasa de todo en lugar de arreglar el empastre y luego vender para que el club pueda vivir -que no descansar- en paz.

Al final, por desgracia, el Valencia CF peleará por un objetivo: el de no bajar a Segunda División. Suena duro pero es la cruda realidad que azota a un club que se empeña en hacerlo todo mal. 

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