Mestalla, no aflojes

El Valencia no está para más experimentos y la que está por dispararse puede ser la última bala

Una de las pancartas que se exhibieron en la manifestación del sábado

Una de las pancartas que se exhibieron en la manifestación del sábado / JM López

Rafa Marín

Rafa Marín

La jornada 21 ha confirmado que el Valencia CF está moribundo. Pero con la manifestación del sábado también se ha vuelto a demostrar que el valencianismo sigue muy vivo. Es, sin duda, lo mejor a lo que agarrarse para los objetivos que hay en juego: la salvación y la supervivencia. Dos batallas que van a librarse al mismo tiempo y en las que la afición tiene que emplearse a fondo.

Por delirante que suene, Mestalla está obligado a que el ‘Lim Go Home’ no interfiera en el apoyo a un equipo al que desgraciadamente no le alcanza para salvarse solo. Sea desde el primer minuto o desde el 19, la caldera tiene que calentar lo mismo dentro que fuera del estadio. Y es que la unión va a ser del todo fundamental en un momento absolutamente crítico para el futuro. Unión en el vestuario, con todos a una. Y unión con la grada en cada una de las finales que quedan para evitar la catástrofe del descenso. No es momento de dividirse en ninguno de esos frentes sino de mantener el sentido de la responsabilidad en las protestas. Un modus operandi que distingue bien Libertad como motor de una oposición que no debe renunciar a sumar aliados. Las soluciones no van a venir solas. Hay que seguir buscándolas.

Urgencia

Como pasa en todas las crisis hay que diferenciar lo importante de lo urgente. Y lo importante es el club y lo urgente el equipo. De todas las decisiones que se han dejado de tomar, la del entrenador no puede demorarse. Que Voro no es el problema ni la solución ha quedado suficientemente claro en las tres derrotas consecutivas desde que le impusieron el cargo. Nada que sorprenda a nadie salvo a los que lo confirmaron hasta final de temporada. Queda una semana para el viaje a Getafe y Corona está haciendo camino. Pero las soluciones siguen siendo del todo dispares, de Vicente Moreno a Baraja pasando por el técnico de turno que Lim y Mendes puedan sacarse de la manga. El Valencia no está para más experimentos y la que falta por dispararse va a ser la última bala. Todo lo que no sea poner la carne en el asador y apostar por alguien en condiciones, cueste lo que cueste, será jugar con fuego. Y quemarse.

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