¡Cuerpo a tierra!

A Baraja no le hacía falta jugarse el prestigio, por lo que se agradece su valentía

Rueda de prensa pressentacion de Ruben Baraja como nuevo entrenador del VCF

Rueda de prensa pressentacion de Ruben Baraja como nuevo entrenador del VCF / FRANCISCO CALABUIG

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Nunca he sido de estampitas, y sin caer en patetismos del tipo ‘¡Todos somos Baraja!’, a nadie se le escapa que el Valencia está ahora en las buenas manos del Pipo para sacarlo del pozo donde Lim lo ha metido. Lo mejor es que nadie como él sabe dónde está, lo preocupado que anda el valencianismo e intentar aplicar el remedio oportuno. Así que suerte, toda la del mundo. Pero además de acierto, porque esto va de sumar puntos, no será el primero, ni el último de arruinar su carrera como entrenador si no salva al equipo del descenso.

Hay una estadística letal que apunta que todos los clubes con tres entrenadores en una misma temporada sufren mucho para mantener la categoría. Baraja llega para romperla, espero. Pero los que tenemos memoria, que en fútbol solo vale para hacer literatura, recordamos aquella campaña de ‘¡Todos somos Antonio López!’, que era el nombre del segundo de Rafa Benítez que cogió al Valencia tras la destitución de Ranieri en 2004, y fue un auténtico desastre. Desde entonces, y tras un fugaz paso como segundo de Stoichkov en el Celta, vagó por las exóticas ligas sudafricanas e indias. Lleva sin equipo desde hace dos años. 

La primera música de Baraja suena bien, pero lo importante ahora es la letra, los números, mejor dicho. El mítico ‘8’ siempre habla bien y encima se le entiende, pero lo más importante es empezar a sumar desde el lunes. Sabemos que no puede hacer milagros, pero debe cerrar varias fugas de agua, y la primera obligación pasa por la defensa y la segunda por organizar un centro del campo que sea creíble. 

Supongo que a Baraja no le hacía ninguna falta jugarse el prestigio, y la leyenda, con este Valencia irreconocible por culpa de Lim, así que se agradece su valentía. La misma que debe demostrar ahora que está dentro para denunciar las tropelías de los gestores actuales que nos han traído hasta aquí. En eso también lo espero.

Hace tiempo que Santiago Cañizares acierta en sus análisis sobre el Valencia y también ha sido prudente en su crítica a la contratación de Baraja. El balón, como siempre, dictará sentencia, pero después de tanta decepción continua, y sabiendo que mientras Lim siga es imposible la estabilidad deportiva, espero que tampoco se cumpla ese aforismo que desde las trincheras parlamentarias saltó a todos los ámbitos: ¡Cuerpo a tierra, que vienen los míos!

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