El victimismo de los árbitros no cuela

Están protegidos por Rubiales y Medina Cantalejo, a quienes no se les ocurre en ningún momento reconocer que el sistema es una calamidad

Luis Rubiales, imagen de archivo

Luis Rubiales, imagen de archivo

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Siempre que escribo del estamento arbitral me veo en la obligación de decir que no me gusta criticar su labor, pero es que hay un límite para todo. La temporada en Primera División es absolutamente lamentable.

Los colegiados no están siendo capaces de conseguir un mejor espectáculo y son los primeros que dan la nota. Ni saben gestionar las pérdidas de tiempo de los equipos, paran el partido cuando les da la gana por miedo a que luego pase algo, sancionan a entrenadores de la zona baja pero no se atreven con Xavi, Simeone y compañía y se equivocan en la mayoría de las veces con los mismos. El Valencia es, objetivamente, el más perjudicado pero resulta que salen a pedir explicaciones días después de la vergüenza de Del Cerro en Mestalla. Y para colmo van de víctimas.

Todo eso amenazando con una posible huelga. Y protegidos por Rubiales y Medina Cantalejo, a quienes no se les ocurre en ningún momento reconocer que el sistema es una calamidad.