Hablar de fútbol

¿Para qué queremos gente que ni siente ni padece por el Valencia?

Rubén Baraja, dirigiendo un entrenamiento del Valencia

Rubén Baraja, dirigiendo un entrenamiento del Valencia / VCF

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

Solo creo en Baraja y en los jugadores que él designe para encabezar y darle forma a su idea de fútbol. Nadie más me da confianza a estas alturas y no es que el excesivo ruido del que habló (y cabría matizar) Marchena, en torno a lo más tóxico que hay en un club, no nos permita hablar de fútbol, sino que a Meriton le importa un pepino eso mismo: el fútbol. Pero al valencianismo lo que nos resulta relevante es lo contrario: que ruede el balón, que nos haga vibrar, que no dé motivos para animar, acudir a nuestro campo centenario (o a cualquier otro si la necesidad nos arranca el viaje), y animar, debatir si debe jugar este o el otro, si el Pipo lo ha planteado bien o regular según el resultado del juego, etc.

Hablar de fútbol: de eso tengo ganas y para ello lo único que me queda es citar a Baraja, a su propuesta, que es más competitiva de lo que muchos se creen, solo que tienes que darle jugadores que quieran competir en el terreno de juego y no tanto fuera, en sus fiestecitas privadas o en sus rondas nocturnas. Por eso confío en ese criterio del técnico vallisoletano, porque cuando él tenga la oportunidad de darle un poco más de forma a su plantilla, este equipo, al menos, bregará como el que más, dará guerra: otra cosa será que gane esos duelos, que apuntale con victorias ese trabajo de la semana, porque la calidad y la definición se pagan, tienen un valor en el mercado…y ya sabemos quién es (y qué hace) el Valencia CF en ese mercado.

No sé si Baraja necesitará un bisturí o un fórceps para sacar tanta toxicidad de un vestuario muy bisoño, pero lo que sí tengo claro es que ahí tenemos futbolistas que, sin ser aún jugadores consolidados en primera división, tienen más ganas de darlo todo, de luchar por este escudo. Y llegó la hora de ese cambio: ¿para qué queremos gente que no siente ni padece nada por el club? Si tenemos que crear una base, con sus raíces aquí, empecemos ya con esto, para que, tras uno o dos años de transición (sin sufrir) la cosa tenga forma, empaque y sea competitiva. Al menos dejadme soñar con esto.

¿Quién no quiere hablar de fútbol?

Yo estoy como loco por hacerlo y decir que juegue uno porque el otro, que debería de ser el titular, está cazando moscas; y que sería bueno adelantar o atrasar líneas, o que falta explotar tal banda en la construcción; o que nos falta algo más de serenidad cara a puerta, o en la ejecución del pase final, o que estamos finalizando de maravilla, etc… ¿de verdad alguien piensa que no queremos hablar de esto? Yo quiero que tengamos un Yunus Musah de verdad y no el de cartón piedra de estos dos últimos años; un Paulista centradito y sin lesiones; un Cavani definiendo (¡Ojalá!); un Rendall siendo seguro atrás y no tan errático en ataque, etc. ¿quién no quiere esto? Que levante la mano aquel o aquella que esté disfrutando de tanta porquería alrededor del club… sería lamentable que alguien pensara que «cuanto peor, mejor… el suyo», que diría aquel. Pero lo cierto es que, llegados a estas fechas, bulle por dentro una pequeña ilusión de poder equilibrar lo que, a fuerza de cotidianos sinsabores, te van sacando de tus casillas, te van nublando la vista y hacen que acabes olvidando la belleza de este deporte, el disfrutarlo con ilusión.

Yo no tengo confianza ni en el Valencia de aquí (¡menudo eufemismo!), ni en quienes están al frente, porque son los mismos que casi nos hacen bajar. Solo confío en un cuerpo técnico solvente, con Baraja al frente, que pueda ejecutar lo adecuado para el equipo al margen de su dirección general. Y que esa sordera de fondo beneficie a la plantilla y a la comunión de dicha plantilla con los aficionados. Confío, por tanto, en que las cosas no salgan como Meriton quiere, sino como el valencianismo desea, porque no es lo mismo. El Valencia CF de aquí no es Solís, Layhoon, Corona o incluso, ahora, José Manuel Segarra (por el que siempre tuve admiración), sino la afición valencianista, aunque les pese a muchos y va por otro camino muy distinto al Valencia CF de allí, con su eco aquí.

Quiero que hablemos de fútbol. Baraja querrá que hablemos de fútbol. La plantilla, solo la que está implicada de verdad, quiere que hablemos de fútbol ¿Y Meriton: de qué quiere que hablemos?

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