Fuori!

Lo complicado es sacar de tu vestuario a quienes solo restan y hacerlo con rapidez

A Yunus Musah se olvida, muy pronto, que el Valencia CF ha hecho por él diez veces más de lo que él ha hecho por el club

A Yunus Musah se olvida, muy pronto, que el Valencia CF ha hecho por él diez veces más de lo que él ha hecho por el club / Francisco Calabuig

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

Del paso de Prandelli por el Valencia CF solo nos quedó la integridad de su palabra (no aguantó ni medio segundo la mentira de Meriton) y aquella rueda de prensa de la que todavía nos retumba aquel «¡Fuori!», señalando con el dedo la puerta e invitando a irse a quienes no querían estar, partirse la cara por el equipo y darlo todo, como profesionales. No fue un diciembre cálido y maravilloso, pero sí recuerdo esa valentía del técnico italiano y su honestidad a la hora de enfrentarse a la propiedad. No sé si otros técnicos, a estas alturas, pueden decir lo mismo. A nadie le gustan los espectáculos, pero tampoco los pusilánimes.

Ese «¡Fuori!» tiene hoy más vida que nunca: una parte del valencianismo está deseando que Castillejo se marche de una vez y deje de hacerse el digno, esperando no sé qué oferta de no sé qué club, torpe y despistado, que le fiche. No sé si se ha dado cuenta que su poco prestigio ya lo perdió y que, por eso, lo regaló el Milán, dándonos las gracias y mandando un beso a Gattuso por su servicio al equipo rossonero. Un beso envenenado para el Valencia CF, ya que Castillejo pasa por ser, sin duda, un lastre, que cobra mucho, que suma poco y del que se espera menos.

Resulta llamativo ese arrebato de soberbia que le hace ir renunciando a jugar en Arabia (¡Vete a jugar con las estrellitas, ‘chaval!) o a Turquía. Con su actitud, con sus prestaciones tan ruidosas fuera del campo frente al silencio de su juego ¿quién va a querer llevárselo? Ahora mismo es un problema: si Castillejo analiza un poco su trayectoria deportiva y repasa cómo se ha ido construyendo su leyenda personal, a lo mejor comprende de otro modo por qué aquí, a pesar de su calidad (que nadie la puede poner en duda), no se le quiere ni ver. Se le quiere perder de vista.

Otro tanto le pasa a Yunus Musah, que olvida, muy pronto, que el Valencia CF ha hecho por él diez veces más de lo que él ha hecho por el club. Un jugador de gaseosa, con poco rendimiento allá donde ha jugado debido a su desconexión en buena parte de los partidos. Con muy poco gol y escaso bagaje de asistencias, como muestran los números: apenas 5 goles en 108 partidos y 3 asistencias. Además, tres de esos cinco goles fueron en la Copa del Rey (Utrillas, Arenteiro y Terrasa) y sus otros dos goles (Getafe y Atlético) sirvieron para ganar 1 punto. Estos son los números de un hombre que juega, principalmente, en bloque medio-alto. Está como para ponerse exquisito.

El caso es que Yunus ha sido siempre un futbolista un tanto indolente y buena muestra fue el lamentable rendimiento que dio frente al Betis con un Valencia jugándose la vida en la última jornada (no hablo de su mala ejecución del penalti en la final). La historia no iba con él, porque vale demasiado: no sé si suficiente para estar en la élite, pero lo tiene bastante claro el norteamericano. En su selección se han frotado las manos siempre con sus presencias, y en su club se han hartado de sus desapariciones. Pero el Valencia CF debe mostrarse firme en la negociación con el Milán: pagas lo que creemos que vale o búscate a otro. Así de simple, y así de arriesgado porque aquí tampoco se le quiere al incompareciente jugador. Otro lacito y a mostrarle la puerta, sin problema, pero que se deje de exigir nada al club que le ha dado la oportunidad de jugar en primera división y lo ha subido a la cima. Que no se olvide ahora, con sus lesioncillas malévolas, ni en los próximos años, porque por encima de él está este club. No sé si lo tiene claro el chiquillo.

Otras puertas que estamos esperando que se abran son las de Racic, por ser el eterno fiasco (hace ya mucho que dejó de ser promesa), dentro y fuera del campo; y por Marcos André, que pasa por ser un ruinoso ejemplo de mala gestión deportiva del club, en todos los sentidos posibles que puedas analizar. Cavani, en cambio, ya está fuera. No sé cómo lo arreglarán todo esto desde el triunvirato del mal que se nos ha quedado por aquí, sustituyendo a Lim, pero de momento todo dinero que ha entrado ha sido por operaciones de terceros y no por buenas gestiones del Valencia CF a la hora de abrir la puerta a gente que aportó muy poco en una temporada que el equipo ofreció casi nada. Vender a los buenos es fácil: lo complicado es sacar de tu vestuario a quienes solo restan y hacerlo con acierto, discreción y rapidez. Tres características muy ajenas a la dinámica de dirección deportiva del Valencia CF, pero habrá que esperar…no demasiado, porque cabe evitar, a toda costa, que ciertos reductos intoxiquen el proyecto de Baraja. A todos estos (y a algunos más) les diría aquel «¡Fuori!», pero a la de «¡Ya!».

Suscríbete para seguir leyendo