Las temporadas cada vez se hacen más largas

Una imagen de Mestalla durante el Valencia - Atlético de Madrid

Una imagen de Mestalla durante el Valencia - Atlético de Madrid / JM LÓPEZ

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Estamos en octubre y parece que la temporada se está haciendo ya larga. No solo el Valencia, sino en general. El fútbol ha perdido ese encanto y no es un relato ‘viejuno’ de cualquier tiempo pasado fue mejor. El fútbol es menos fútbol y solo la aparición de jugadores como Bryan Zaragoza invitan a algo de optimismo. Eso de ‘fútbol callejero’ es en cierta manera lo único que permite soltar una sonrisa de vez en cuando a los que amamos este deporte. A los que nos entristece ver los parques vacíos de niños y los carteles de prohibido jugar a la pelota. Y entre todo eso, las temporadas sufren momentos de desconexión que te alejan todavía más de lo que debe ser el fútbol. No ese de los parones de selecciones con partidos ‘chorra’, de bajo nivel y que evidencian un problema global. Cada vez hay menos improvisación. Cada vez, el futbolista piensa más en lo que tiene que ser por mandato y no en lo que debe ser de cuna. Y eso está muy bien para la competitividad. Pero muy mal para el espectáculo. 

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