La realidad del Valencia y la actitud del valencianismo

No sé a ciencia cierta qué habló Layhoon con Lim, pero así es muy difícil trabajar aquí

Layhoon

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Toni Hernández

Toni Hernández

El objetivo del Valencia es no bajar. Eludir el descenso lo más pronto posible. Y cuando llegue ese momento, que ojalá llegue, ya veremos dónde estamos. No ha cambiado nada, no se ha producido ninguna variación que nos haga pensar que toca soñar con Europa o cuestiones por el estilo. Y tener clara esta realidad no significa que tenga que gustarte, que la aceptes o que estés cómodo con ella. Simplemente significa que sabes lo que hay delante de ti y que no has perdido la perspectiva de la realidad.

Si empezamos a ver fantasmas donde no los hay, todos vamos a tener un problema. Porque nadie en su sano juicio, y que de verdad sea valencianista, ve con buenos ojos que estar a mitad de tabla sea algo positivo. Repito, nadie. No empecemos a lanzar mensajes sobre cosas que no existen para poder regocijarnos en nuestra propia desgracia y encontrar un saco de boxeo donde poder descargar la frustración que llevamos dentro.

Lo dice Baraja y lo dice Benítez, que igual saben más que nosotros de esto y son dos tipos de los cuales no se puede dudar de su amor a este club. Especialmente el Pipo, por varios motivos además de ser el entrenador del Valencia. «Yo también quiero mirar hacia arriba pero ahí nos vamos a equivocar, en el momento en el que nos salgamos de nuestro objetivo». Tiene toda la razón del mundo, por más que duela o nos reviente. Y no se trata de aceptarlo o rebelarse sino de ayudar a un grupo de jugadores a que eso sea así. A un grupo que se basa en la energía de chavales de menos de 22 o 23 años en muchos casos.

El cabreo mencionado es, hasta cierto punto, lógico. Porque somos el Valencia y porque estamos en una pelea que jamás hemos tenido que padecer en una liga ya desde el comienzo. Pero de ahí a montar algunos dramas que he visto en estos días… De verdad, no lo entiendo. Eso no ayuda, no suma, no vale para nada. Bueno, sí, sirve para recoger algunos likes, que se ve que ahora es moneda de curso legal. O para poder desahogarse un poco, también. Y lo segundo aún tiene un pase, mira por dónde. Hemos vivido en la última semana capítulos extraños. Martín Queralt y la gente que dio la rueda de prensa la pasada semana echando sobre la espalda del valencianismo la responsabilidad de salvar al club se califica por sí misma. No les puedo considerar representantes de nada ni de nadie; porque llegar a ese punto da hasta vergüenza. El valencianista hace todo lo que puede y exigirle lo que jamás podrá hacer es lamentable y mucho.

Layhoon Chan estuvo en Singapur. Lo normal es que hubiera ido con todo el ‘local management’, porque cuando sirves para que te partan la cara todos los días también debes servir para poder explicarle al máximo accionista, en persona, las cosas que se deberían hacer para darle la vuelta a la situación absurda que se vive en distintos frentes. No sé de quién fue la decisión, ni tampoco sé a ciencia cierta lo que se habló con Peter Lim, pero me refrenda en mi opinión de que es muy difícil, para cualquiera, trabajar en este Valencia.

Estamos en un momento de la historia muy delicado, a todos los niveles. Y de algún modo debemos elegir qué queremos ser y cómo queremos serlo. Y entiendo que en algunas cuestiones estamos equivocados. Lo de poner al Valencia por encima de todo y preocuparnos sobre todo por lo que está en nuestra mano serían las principales. Arrasar con todo lo que no lo está, insisto, puede ser terapéutico, pero no efectivo. Y al final, sin duda, tremendamente injusto con mucha gente.

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