El último desprecio de Lim al Valencia

Layhoon

Layhoon

Andrés García

Andrés García

A Peter Lim cada día le resbala más el Valencia. Le da igual que el equipo acabe noveno, décimo o hundido en segunda. No moverá un dedo. Ni para salvarlo. Ni para aspirar a la séptima plaza. El máximo accionista desconectó hace mucho tiempo del club y nada le hará cambiar. Ha cerrado el grifo de los fichajes para siempre. O cedidos o jugadores a coste cero. Lo tiene claro.

Su decisión de no invertir en refuerzos es su último desprecio al club. Quizás el más grave. No ficharle nada a Gattuso en enero fue una temeridad que casi acaba en descenso. Mejor no hablar de lo que pasó el verano con el peor mercado de la historia del club. No echarle una mano ahora a Baraja y a sus niños es muy cruel. Demasiado. No se lo merecen.

El Pipo se está dejando la vida para que este joven equipo sea competitivo. Los chavales, con el capitán Gayà a la cabeza, están forzando y asumiendo riesgos físicos partido sí y partido también. Y luego está la afición, siempre fiel, que llena Mestalla por sistema cada quince días. Aquí todo el mundo rema. Aunque sea a contracorriente. Todos menos Lim y los que (de momento) le justifican todo desde Valencia. Hace bien Libertad VCF presentando un requerimiento de información al Consejo de cara a la junta general del 14 de diciembre. El drama es que no servirá de nada. Lim hace lo que quiere. Nada.  

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