Tranquilidad pese a toda la intranquilidad

Hay que confiar y respaldar a Baraja y a los chavales para que lo den todo en el campo. Y que los demás se ocupen de lo de afuera

GETAFE VALENCIA

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Rafa Marín

Rafa Marín

La situación deportiva del Valencia CF es grave pero lo es todavía más la económica. A dos días de la Junta, no hay maquillaje posible para los números de Lim, con el que tampoco hay rastro de lo que en su día fue un círculo virtuoso. Ahora es destructivo: a mayor crisis, peores resultados; y a peores resultados, mayor crisis. Esté de salida o tan solo se haya propuesto, como todo indica, que su nefasta gestión deje de costarle dinero, bajo el eufemismo de la «sostenibilidad» está la realidad de un club en el que la única fórmula para cuadrar los gastos es empobrecer la plantilla.

Recortes con los que no alcanza y que dibujan un panorama más que preocupante mientras que el máximo accionista siga siendo alguien del que lo mejor que puede decirse es que cumple con los bancos, a los que por cierto cada vez se debe más. Ante el puñado de accionistas que representarán a todos a los que este año tampoco se permite la entrada, del discurso de Layhoon se espera entre poco y nada. Apenas, que ya es, un mensaje para el Ayuntamiento en estos tiempos sin respuesta todavía ante la postura de la alcaldesa y el resto del pleno municipal.

Por más que los técnicos negocien, los avances son un misterio y cada día que pasa se hace más difícil pensar en que el Valencia CF sea capaz de tirar para adelante con el Nuevo Mestalla. No al menos sin estrangularse ni desentenderse del Pabellón de Benicalap. Ojalá el minuto y resultado fuese otro, pero es este y además coincide con un pico de Baraja y sus chavales.

No se pueden obrar milagros todos los días y aunque tienen razón los que sostienen que esto no se arregla ni con fichajes, la segunda parte de la temporada puede hacerse muy cuesta arriba para un equipo que lo que necesita es justo la tranquilidad que no hay y que Mestalla, como pasará contra el Barça, no deje de llenarse. Es tarea del entrenador y de los jugadores solucionar las cosas del campo. Y de todos los demás las de afuera. 

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