Con un ojo en cada Euroliga

La afición, entre las ganas de apoyar en La Fonteta y el partidazo de Belgrado

Queralt Casas entrando a canasta

Queralt Casas entrando a canasta / F. Calabuig

Jorge Valero

Jorge Valero

Ni es la primera vez ni será la última, pero el apretado calendario en el baloncesto europeo ha hecho que vuelvan a coincidir en día y hora el Valencia Basket masculino y femenino (con sólo 15 minutos de diferencia) y en ambos casos con mucho en juego, aunque sean sólo las de Rubén Burgos las que se juegan no poner fin a su Euroliga en una jornada en la que dependen también de una derrota del Casademont Zaragoza ante el colista. Como decía el técnico taronja y por improbable que parezca, hay que apurar las opciones hasta el final y pensar que si el todopoderoso Fenerbahçe perdió ante el ya eliminado Asvel Lyon, ¿por qué no puede tropezar el Casademont Zaragoza ante el Lublin aunque no se juegue ya nada?

Mientras hay vida hay esperanza y aunque el Valencia Basket pudo y debió evitar llegar a esta última jornada sin depender de sí mismo, de nada sirve lamentarse ya por lo que pudo ser y no fue y no queda otra que ganar hoy en La Fonteta, con el apoyo de una afición que, eso sí, estará también pendiente de lo que ocurra a miles de kilómetros. Y es que la visita de los de Álex Mumbrú a Belgrado llega también en un momento delicado, no por la última derrota ante el Unicaja en la Liga Endesa, sino por el hecho de afrontar el partido sin sus dos pívots después de que se confirmara ayer que Brandon Davies sufre un esguince en la rodilla izquierda y que, aunque no deberá pasar por el quirófano, tendrá que estar varias semanas de baja hasta incluso ser duda para la Copa del Rey. El de Pensilvania es uno de los grandes referentes de este Valencia Basket y su ausencia duele más aún si se suma a la de Boubacar Touré y a la duda de Chris Jones, otro de los líderes del equipo y necesario para seguir en la lucha por el playoff o asentarse al menos en posiciones de Play-in.

Con once jornadas por disputar aún en una Euroliga tan larga como la Liga Endesa, nada estaría perdido aún en caso de derrota, pero una victoria taronja sí ayudaría a alejar casi definitivamente a un duro rival como el Estrella Roja, al que le sacan tres victorias. Y para ello, no queda otra que dar un paso adelante para que la ausencia de los pívots no sea una losa insalvable y sí una motivación para unir más al grupo en el principal objetivo de la temporada. No hay más que recordar la declaración de Luis Arbalejo semanas atrás, cuando aseguraba preferir entrar en el Play-In y no ser cabeza de serie en la Liga Endesa. La Liga hay que lucharla y hay equipo para competirla, pero con el nuevo pabellón en el horizonte y sin billete de Euroliga ni para el campeón de Liga, la Euroliga es el gran reto y el mejor camino para volver a entrar en ella, aunque sea de nuevo como invitado. Y que nadie olvide la Copa y el gran reto de ganarla 26 años después. Eso sí, toca cruzar los dedos para que lleguen a tiempo los ahora lesionados. 

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