Ley de amnistía

Junts no tiene perdón

En un Congreso desquiciado, el independentismo vota junto a Vox y PP, como si los descendientes de Pujol hubieran adquirido conciencia de Estado

Matías Vallés

Matías Vallés

Junts no tiene perdón, y Sánchez tampoco. La diferencia estriba en que el partido catalán arriesga una prolongación del destierro de Puigdemont en Waterloo. En cambio, el presidente del Gobierno se ve desmentido en su voluntad de prolongar durante cuatro años más sus seis ejercicios actuales en La Moncloa. En un Congreso desquiciado, como si los descendientes de Pujol hubieran adquirido conciencia de Estado. El argumento puede ser la insuficiencia de la amnistía otorgada, pero la consecuencia es la identificación con la derecha reaccionaria, una coyunda insufrible para ambos bandos.

España sobrevalora con una estridencia descacharrante a Puigdemont, le otorga superpoderes malignos. En plena hipérbole, hay algo peor que la dependencia de los caprichos del hombre que no se atrevió a asumir la independencia de Cataluña, y es el sometimiento a la arbitrariedad judicial. Un magistrado anuncia en la televisión alemana que el eurodiputado español sería el Vellido Dolfos que facilitaría la entrada de Putin en Europa a través de suelo catalán, nunca español. Y lo cuenta mientras instruye la cuestión penal. Esta elucubración calenturienta, y digna de Quinto Milenio, sería suficiente para dudar de la capacidad investigadora del profesional que la emite. Frente a sus enemigos, Sánchez parece incluso deseable.

Por primera vez, un partido político minoritario exige el cumplimiento al cien por cien de los compromisos firmados con un gigante. Ni Vox ha ido tan lejos con el PP en las autonomías, pero Feijóo puede empezar a preocuparse cuando llegue su turno de tomarle el pelo a la ultraderecha moderada. En ausencia de los predicadores de Podemos, le correspondió a Miriam Nogueras el papel de conciencia crítica de las izquierdas de la cámara. A más de uno se le hizo un

, cuando la portavoz de Junts recordó que los jueces ejemplares que ven terrorismo en arrojar una bolsa fuera de la papelera no se conformarán con los independentistas. A continuación, ejercerán su arbitrariedad teledirigida contra la izquierda en general.