El lado malo del sorteo y el regreso del mejor Davies

Más que la derrota, dolió el cómo se produjo, pero queda lo más importante, Liga y Euroliga 

El VBC cayó en semis de Copa ante el Real Madrid

El VBC cayó en semis de Copa ante el Real Madrid / ACB

Jorge Valero

Jorge Valero

El sorteo de la Copa del Rey pareció minimizar el hecho de haber llegado a Málaga sin la condición de cabeza de serie al evitar al Real Madrid, al Barça y al Unicaja y emparejar al Valencia Basket con un Dreamland Gran Canaria que le quitó la cuarta plaza de la Liga justo en el último partido en La Fonteta. Pero aunque en un primer momento cierto es que el cruce del debut era a priori el menos duro de entre los posibles, la opción de medirse al Real Madrid en una semifinal suponía el mayor reto hoy en día, con un rival que es líder en la Liga Endesa y que está arrasando en la Euroliga y es actualmente el mejor equipo de Europa. Una derrota ante los de Chus Mateo, por tanto, no puede colgar la palabra ‘fracaso’ sobre la camiseta taronja, pero también es cierto que más que la derrota, dolió el cómo se produjo, con una desconexión fuerte en un tercer cuarto en que el Madrid nos pasó por encima pese a tener una plantilla física que ya había demostrado ser capaz de plantarles cara esta temporada, tanto en la Liga Endesa como en la Euroliga. Las faltas de Brandon Davies, curiosamente todas ellas señaladas por el mismo árbitro, tampoco ayudaron a que el Valencia BC se mantuviera con opciones hasta el final, pero al menos queda claro que la recuperación del estadounidense es un hecho y ello supone un soplo de oxígeno de cara a afrontar los próximos objetivos, que además son los más importantes.

En la Liga, los de Mumbrú están tan cerca de ser cabezas de serie como de salir de la zona de playoff, por lo que toca reaccionar desde ya para lograr la regularidad que está faltando esta temporada y poder llegar al final de la misma entre los cuatro primeros y con un camino menos complicado de inicio en los cruces en un playoff al que sí está obligado a llegar el Valencia Basket por plantilla, estando entre las tres o cuatro mejores de España. Eso sí, aún con problemas en la pintura por la baja de Touré y con un Reuvers que, como pasó en la Copa, es siempre una de las opciones de descarte al poder jugar sólo con dos extracomunitarios. La prueba de fuego, sin embargo, llegará una vez más en la Euroliga, la próxima cita después del obligado parón de selecciones, con hasta cinco jugadores taronja que estarán fuera de la dinámica de trabajo del primer equipo hasta poco antes de jugar en Bolonia, ante un Virtus que es quinto a tres victorias del Valencia Basket. Con un meritorio balance de 13-13 en Europa, hay que asegurar mínimo el nuevo Play-in al que solo dos equipos (Alba Berlín y el ASVEL Villeurbanne) ya no pueden aspirar. Así, toca cambiar el chip, cargar las pilas y levantarse del revés de la Copa para recuperar la regularidad y mantener las señas de identidad durante los 40 minutos de cada partido de aquí a final de temporada. Solo así se podrá volver a la Euroliga, aunque sea como invitado a la espera del cambio de formato.

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