Hay que seguir así y no relajar la presión

El apretón es de verdad. Lim tendrá un listón que ya no podrá esquivar: o lo salta o ahí se va a quedar. Protestar sirve. Claro que sirve

Lim Go Home

Lim Go Home / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

Las protestas sirven. Y cuanto más molestan, más sirven. En puertas de la manifestación del 2 de marzo, cuyo recorrido ilustra la portada de este jueves, el Ayuntamiento de Valencia ha parido una moción que podría ser todavía mejor pero que aun así es un gran paso adelante. Un frente común, pese a la razonada abstención con sus motivos del PSOE, que más allá de todas las derivadas políticas escenifica un apretón en toda regla a Lim. Una decisión casi de estado en la que acaba participando el PP y hasta en la que se dan la mano extremos tan contrarios en otros temas como Compromís y VOX. Todos a favor de auditar el presupuesto real, tanto para destapar en qué se ha gastado lo que hay invertido como para calcular lo que falta. Y lo mismo en la obligación de avalarlo, lo que equivale a quitarle la careta a quien nunca ha querido hacerlo ni lo hará. Negro sobre blanco a la enésima mentira y a la realidad de que el Nou Mestalla, incluso uno tan cutre como el que se intenta colar, cuesta como mínimo el doble. A expensas de la sentencia del 6 de marzo, y por muchas piruetas y derivadas nuevamente políticas y legales, Lim no tendrá licencias ni fichas urbanísticas ni convenio. No al menos sin comprometerse antes a lo que nunca le han obligado. Un posible principio del fin con el que no le faltará razón a quien piense que se rebajan exigencias o que tácitamente se trata de una concesión al proyecto low cost. Es posible, pero la sustancia está en que el Ayuntamiento ha puesto antes un listón que Lim no podrá esquivar. O salta o ahí se queda. Con todo reciente, sin esperarlo y a la espera de noticias de Singapur, el silencio de Meriton habla a las claras del calado de lo ocurrido. Una jugada que es cierto que puede acabar siendo la puntilla del Mundial, por si no hubiese suficiente caos con la FIFA, pero también y sobre todo de Lim. Por eso no hay que relajar la presión sino continuar con ella. Vaya que si sirven las protestas.

Suscríbete para seguir leyendo