Opinión

Baraja-Bordalás, tan diferentes y tan buenos

Es injusto exigirle al Pipo que raje. Igual que era injusto pedirle a José que se callara

Rubén Baraja en la Ciudad Deportiva de Paterna

Rubén Baraja en la Ciudad Deportiva de Paterna / F. Calabuig

Parto de esta base. Lo que está consiguiendo Baraja al frente del Valencia tiene más mérito que lo logrado por Bordalás hace dos años. Principalmente porque el ahora entrenador del Getafe dispuso de más y mejores herramientas en la plantilla. Soler, Guedes, Bryan Gil, Yunus en su mejor versión o Wass hasta que Peter Lim decidió venderlo en el mercado de invierno a lo Paulista. Era un Valencia potable. Menos mermado que el de ahora. Bordalás vuelve a Mestalla y hoy es un buen momento para recordar todo lo bueno que hizo. Que fue mucho. Devolvió la identidad al equipo, lo llevó a la final de Copa, lo estabilizó en la zona media de la tabla sin sufrir y apostó por Mamardashvili o Mosquera en clave futuro. Aunque en el recuerdo de todos quedará su guerra pública con Peter Lim en materia de fichajes. José echaba gasolina al fuego cada vez que salía a sala de prensa. Baraja hace lo contrario. Se pone el mono de bombero semana sí y semana también para no perder energía y, lo más importante, proteger a sus jugadores con el único objetivo de sacarles el mejor rendimiento. Si tiene que defender a Cenk, lo hace. Como ayer. Es injusto pedirle al Pipo que raje de la caótica planificación de la propiedad. Por mucho que lo piense. Igual que era injusto exigirle a Bordalás que se callara y se tragara todos los sapos de Anil. Cada uno eligió sus propios caminos. Por suerte, coincidieron en uno. Ambos, dieron oxígeno al Valencia moribundo de Peter Lim. Tan diferentes y tan buenos. A los dos, GRACIAS.

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