Opinión

Cincuenta «gracias» a Rubén Baraja

El Valencia llega a abril con opciones reales de Europa... Ojalá 50 partidos más del Pipo

Rubén Baraja frente al Mallorca

Rubén Baraja frente al Mallorca / Eduardo Ripoll

El empate sin goles contra el RCD Mallorca nos supo a poco. Todos esperábamos más. Empezando por Rubén Baraja y sus jugadores. La realidad es que el Valencia no dio para más. Fue un chasco. Pero no podemos perder la perspectiva. El equipo viene de donde viene y va a entrar al mes de abril con opciones reales de jugar en Europa la próxima temporada. Y ese escenario pocos o nadie lo hubiéramos imaginado en verano cuando Layhoon Chan marcó la salvación como principal objetivo. El gran responsable de ese milagro con todas las letras es el Pipo. Sus cincuenta partidos al mando del banquillo han sido una auténtica bendición para el equipo. Y para el club. Baraja salvó la categoría, limpió el vestuario, armó un equipo competitivo, ha revalorizado la plantilla, ha recuperado la ‘marca Valencia’, la conexión con Mestalla, y, lo más importante, la ambición de querer ser grandes a pesar de un máximo accionista que hace pequeño el club en cada toma de decisiones. Si el equipo gana el jueves en Granada se marchará al parón liguero por la final de Copa en la séptima plaza por delante de Betis, Villarreal y Osasuna por ejemplo. Algo impensable hace medio año. Hizo bien Baraja el sábado en sala de prensa recordando que no podemos «transformar en cosas negativas» la temporada que lleva el equipo, que está siendo «muy completa en todos los sentidos». Ojalá 50 partidos más del Pipo en el Valencia. Eso sería la mejor señal.

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