Opinión

Partido a partido pero la ilusión es incontrolable

El equipo celebrando el penalti parado por Mamardhasvili

El equipo celebrando el penalti parado por Mamardhasvili

Lo del Valencia esta temporada empieza a no tener explicación. Muy pocas veces una plantilla que mezcla inexperiencia extrema y nula profundad tuvo la oportunidad de llegar tan lejos. Y es verdaderamen triste, porque hoy ilusiona lo que en años anteriores sería un fracaso de temporada. Ser séptimo nunca ha valido en Mestalla, pero la realidad es la que es y el mérito de los futbolistas es inmenso y merece reconocimiento.

Por supuesto también el de Rubén Baraja, que ha transformado a un equipo en depresión que rezaba por no perder la categoría en los jóvenes rebeldes que todo el mundo admira. No puede haber mejor premio que el de jugar Europa, aunque sea la Conference. Nadie se lo merece más que el Pipo y sus muchachos, pero a estas alturas de la película no hace falta que explique que la vida no siempre es justa y el riesgo de llevarse un golpe moral también es alto. 

La plantilla lo repite hasta la saciedad : «partido a partido». Desde luego se han ganado, todos y cada uno de los jugadores, que les hagamos caso y confiemos en ellos. Pero es entendible que la ilusión ahora mismo esté por las nubes y sea incluso incontrolable. A falta de siete jornadas, el equipo no solo mantiene la séptima plaza que da acceso a Conference League, sino que está a solo tres puntos de la Real Sociedad. Inimaginable para cualquiera el verano pasado. Lo dicho, siete finales y a confiar en los chavales.

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