Opinión

Tan cerca y a la vez tan lejos de todo

Canós durante el Valencia - Rayo

Canós durante el Valencia - Rayo / JM LÓPEZ

Que la temporada se le está haciendo larga al Valencia es una realidad y al mismo tiempo el aficionado tiene claro que ha vivido más tiempo del que esperó al inicio de curso con el sueño europeo en mente. Ayer las sensaciones eran distintas a las del duelo contra el Alavés, un mazazo del que parece no haberse levantado la plantilla valencianista, que rozó el sobresaliente durante buena parte del curso y que a estas alturas parece haberse quedado sin gasolina. No son culpables ni mucho menos. Tampoco un Baraja que en todo momento ha tratado de poner cordura a una plantilla donde los problemas son tantos que duele saber por dónde empezar. Y las palabras de Mamardashvili al final del partido también señalan que el verano va a ser muy largo. Y no es una crítica a la política de ventas, sino a la de compras. Porque los clubes que no son Barcelona y Madrid, por muchas mentiras que dijera Meriton a su llegada, tienen que vender y lo de hacer un equipo campeón que peleara con ellos es una utopía que se creyeron unos pocos. Aquí la cuestión es que se hace con el dinero que se ingresa. Porque en estos momentos ir por la vida con la plantilla con la que ha jugado el Valencia CF este curso es un peligro añadido si además se quita a Giorgi del once. Por mucho que Dimitrievski pueda ser una de las opciones para suplirle. En definitiva, el Valencia ha estado cerca de soñar, pero ahora vuelve a temer por todo lo que pasará en el próximo mercado.