Opinión

La descabellada idea de hacer un equipo competitivo

Layhoon Solis y Corona

Layhoon Solis y Corona / SUPERDEPORTE

Algún día alguien le dará al pulsador y saldremos de esta distopía que es la actualidad del Valencia CF. El último episodio, una campaña de abonados en la que al club le da hasta vergüenza idear un lema o spot que sostenga el navajazo a sus abonados, a los que cobrará más que cuando veían jugar a Parejo o Rodrigo y escuchaban el erizante himno de la Champions. Da igual que la afición haya realizado un ejercicio de militancia absoluta en años de plomo, el agradecimiento del club es subirle el precio del abono. La sensibilidad de Peter Lim y de sus cómplices ayudantes valencianos brilla por su ausencia. Y en este punto no sé qué me da más vergüenza, si que se amparen en que ha subido el precio del cine o el teatro, transformando al valencianista en cliente, desvirtuando el componente comunitario y social que tiene el fútbol respecto a otros modelos de ocio o que justifiquen la decisión en la necesidad de generar ingresos. Al fenómeno que se le ocurrió la idea de sangrar más al valencianismo en tiempos de crisis no se le pasó por la cabeza la descabellada idea de que el Valencia haga un equipo competitivo y que genere ingresos como un club de fútbol normal, es decir, ganando partidos y jugando competiciones importantes. No tendrá ese ‘cerebrito’ la alocada ocurrencia de plantear que si el Valencia deja el feudalismo como modelo de toma de decisiones y pone a gente competente e independiente al frente de las áreas deportiva, económica y social quizás le sea mucho más sencillo ganar dinero. Pero para eso habría que plantarse delante de Peter Lim e intentar convencerle y a los ‘cracks’ del Local Management les sale más a cuenta ser leales al máximo accionista que a los 40.000 valencianistas que han empujado al equipo toda la temporada.  

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