El desafío que apasionó a la pilota valenciana y vasca

Debemos remontarnos al 7 de octubre de 1986 para dar con un duelo que se disputó en el Eder Jai de Benidorm y pasó a la historia de ambas modalidades

Genovés y Marticorena, el duelo que apasionó a la pilota valenciana y vasca

Genovés y Marticorena, el duelo que apasionó a la pilota valenciana y vasca / Archivo

A.S

El Eder Jai de Benidorm, inaugurado en el verano de 1973, era uno de los mejores frontones de pelota vasca del mundo. Dos mil espectadores sentados contemplaban a los jugadores de cesta punta ejecutar sus espectaculares golpes. Estaba destinado a ser uno de los templos de la pelota vasca en una época en la que algunas series de televisión, 'Corrupción en Miami', lo mostraban en la cabecera de cada uno de sus capítulos.

El Eder Jai fue el escenario de uno de los grandes desafíos: el mano a mano entre Genovés y Martinicorena. La fecha: 7 de octubre de 1986. El valenciano, con 32 años y que ya había conseguido todo en los trinquetes, soñaba jugar contra Retegui II, el número uno de la pelota vasca. Todo parecía cerrado tras algunas expediciones de empresarios valencianos a tierras norteñas. El propio jugador navarro confirmaba públicamente su deseo de jugar ese desafío. Sin embargo, la pelota vasca no envió a la cita a su número uno. Por lo que sea, prefirieron mandar a Martinicorena, uno de sus mejores zagueros.

Joe Fernández, empresario cubano afincado en Miami se había hecho con el Eder Jai de Benidorm, cerrado varios años antes. Meses después había firmado un contrato con Genovés por el que el valenciano cobraría un millón de pesetas de la época (6.000 euros) por partida jugada. Un auténtico dineral. Le hablaba de jugar en Miami, de probar con la cesta punta. Nunca se había visto nada igual. Genovés firmó, sin caer en la cuenta de que en el contrato no se especificaban un mínimo de partidas (ni de dinero). La inauguración de la nueva etapa sería un festival de cesta punta y el desafío soñado. Genovés no llegó a tiempo de recuperarse de la intervención quirúrgica en un dedo y la inauguración fue un rotundo fracaso de público. Apenas cien personas para ver la cesta punta.

Vascos o valencianos: ¿Quién gana a pelota?

Joe Fernández presentó poco después el Genovés-Martinicorena. Fue una locura. A las pocas horas se habían agotado las dos mil localidades. Genovés entrenaba con Campana y Guadalajara, dos aficionados. Aquel viernes de octubre de 1986 el Eder Jai registró el mayor lleno de su historia, superior incluso a cuando albergaba el Festival de Benidorm. El duelo levantó pasiones durante 15 minutos. Se jugó con una pelota más parecida a la de pelota vasca, lo que suponía rondar los 90 gramos en lugar de los 50 a la que se acostumbra en el Mediterráneo. Con todo, a un total de 21 tantos, y con un comienzo trepidante metió un 5-1 entre el delirio general. Martinicorena cogió el saque y se acabó la historia. Paco, roto y agotado, apenas pudo ofrecer resistencia. Acostumbrado al "quinze" rápido y explosivo del trinquete no soportó el ritmo que exigía el frontón. La televisión autonómica vasca lo ofreció en directo y alcanzó uno de los mayores índices de audiencia de su historia.

Martinicorena volvió a ganar a Genovés

Genovés insistió en este tipo de duelos y pudo resarcirse al vencer al campeón vasco-francés Intxauspe en Torre del Turía, urbanización de Bétera. Repitió contra Martinicorena y aunque estuvo a punto de ganarle, pues a 32 colocó un 27-21, en la recta final volvió a ganar el elegante pelotari navarro, mucho más fuerte. 29-32 para el navarro, que le volvió a ganar. Ambos duelos fueron ofrecidos por TVV y se jugaron con pelotas de 70 gramos, algo más próximo a la modalidad valenciana que a la vasca. Esta sana rivalidad entre ambos modelos es un instrumento para hacerse crecer mutuamente en un deporte inventado en Francia y que dio el salto a Pamplona allá por 1331. De ahí, media España empezó a disfrutar de diferentes variantes de los juegos del frontón.