Saúl Craviotto (Lleida, 1984) cierra este miércoles diez días de concentración en València junto al K4 español que competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que completan Carlos Arévalo, Marcus Cooper Walz y Rodrigo Germade.

El doble campeón olímpico en K2 y triple campeón del mundo en K1 aspira a coronarse en K4 tras ganar el Europeo y dos platas en los últimos Mundiales. Aunque también es conocido por su faceta de Policía y por ganar en su día Masterchef Celebrity.

El cuarteto, que ha entrenado a las órdenes de Miguel García y del valenciano David Calvente, es la gran apuesta de la Federación Española de Piragüismo, que eligió València por su agua salada y la calma de La Marina, condiciones muy similares a las que encontrará el próximo mes de agosto en la bahía de Tokio.

SUPER quiso conocer las sensaciones de Saúl Craviotto en esta recta final hacia los Juegos, tras una concentración que seguramente repetirán.

¿Había estado alguna vez entrenando en la Comunitat Valenciana?

No, a la C.Valenciana nunca habíamos venido, y me voy muy sorprendido, porque hay un potencial increíble para mi modalidad, aguas tranquilas y distancia olímpica. Hemos estado aquí en La Marina de Valencia y un día en el embase de Sitjar en Castellón. Y creo que aquí podría haber mucho más de lo que hay. Hay un potencial increíble. Si se invirtiera en piragüismo de aquí saldrían grandes campeones, porque tiene todos los ingredientes para que los haya. Si sale en Galicia, en Asturias, que el clima no acompaña mucho, aquí con más razón.

Fueron a un embalse para contrastar el agua salada con el agua dulce, pero ¿por qué razón Sitjar?

Sitjar es un sitio de aguas tranquilas, con un paisaje espectacular, todo verde, no nos lo imaginábamos así. Fuimos recomendados por el valenciano David Calvente, segundo entrenador que nos está ayudando todo el ciclo olímpico, y volvimos impresionados de lo bonito que es y de los lugares que hay aquí para entrenar en la C. Valenciana.

¿Quizá falta apostar más por la cantera y los jóvenes?

Crear cantera es lo más importante, es lo que falta aquí y en todos los sitios. Es el futuro. Nosotros podemos tener necesidades, y ayudas, pero somos gente adulta que sabemos lo que tenemos que hacer, que es entrenar. Donde hay que invertir es en la gente joven y en los niños. Invertir en deporte es invertir en educación y en salud. Y al final acaba saliendo barato.

¿Su faceta mediática como ganador de MasterChef además de Policía Nacional ayuda a promocionar un deporte que no deja de ser minoritario€?

Eso espero. Si eso ayuda a dar un empujón a este deporte, que los niños quieran hacer lo mismo que Saúl, me vean como un espejo y se apunten, yo encantado y orgulloso. Salir en la televisión y en MasterChef fue un empujón mediático brutal y gracias a eso han conocido mi currículum y mi deporte y creo que es positivo, hay que aprovechar la situación, una cosa se nutre con la otra.

Estos serán sus cuartos Juegos Olímpicos. Los siguientes serán cerca, en París. ¿Hasta cuándo prevé seguir Saúl?

Yo tengo una edad que ya no pienso mucho en el futuro, sino en el día a día. Cuando llegue Tokio dependiendo del resultado y después de las vacaciones ya veré si tengo ganas e ilusión de aguantar un año más, dos, tres o cuatro. Iré año a año. Llegaré con 35 años. Hay deportistas, un alemán que siempre queda campeón del mundo en K4 que tiene 39 años. Si me cuido mucho, tema físico, lesiones y tengo ilusión, por poder, podría llegar a los siguientes Juegos. Pero al final lo que manda y lo importante es la cabeza.

¿Tiene expectativas de medalla en Tokio en alguna otra modalidad que no sea el K4?

Estamos muy centrados en K4, es la prioridad de la Federación todo el ciclo olímpico. Hay que centrarse en el K4 y creo que podemos lograr algo muy grande.

¿La plata del Mundial les motiva todavía más hacia el oro olímpico?

Ha sido muy positiva. Me gusta haber quedado plata en el Mundial porque es una motivación más y un ingrediente más para dar esa vuelta de tuerca. Si vienes de ganar, ganar, ganar, el éxito yo creo que te acaba relajando, y estar un peldaño y cada vez más cerca de los alemanes para mí es una motivación. Creo que este año podemos conseguirlo. Si nos dejan trabajar con el objetivo claro, creo que vamos a luchar por ese oro.

¿Se imagina ya como abanderado del equipo español en Tokio? Su nombre está el primero de la lista por palmarés olímpico...

Es una sensación increíble y ojalá pueda ser así, es el sueño que me falta por cumplir. Un deportista como yo a lo máximo que puede aspirar es un oro olímpico y a ser abanderado de su país. Es lo que me queda. Si me toca a mí, aunque es algo que no me compete y que decide una junta de federaciones, si decide que sea yo, seré el deportista más feliz del mundo, y si deciden a otro iré detrás apoyándole y muy orgulloso. Lo más importante al final es que vayamos como un equipo español y que consigamos medallas para España, eso es por lo que tenemos que luchar.

¿Qué consejo daría a un niño que le ha visto ser campeón y quiere hacer piragüismo?

No le marcaría el objetivo de ser olímpico o campeón olímpico. Le abriría el abanico del piragüismo o el deporte que fuese y que absorviera los valores del deporte, educación, salud, compañerismo. Y esfuerzo y disfrutar. Un niño no tiene que agobiarse, tiene que ir paso a paso disfrutando, para lo otro ya estamos los mayores. Yo recomiendo mi deporte por muchos motivos, por el contacto con la naturaleza y la sensación muy bonita de navegar sobre el agua, lo que aporta a nivel físico, que es parecido a la natación, se trabaja todo. Tiro para lo mío, pero recomiendo que abran el abanico y no piensen solo en fútbol.

¿Qué se llevan de estos diez días de concentración en València?

Tenemos que agradecer a toda la gente que ha hecho que estemos aquí, a La Marina, al Puerto de València por todas las facilidades que nos están dando. Estos diez días hemos sacado una concentración muy buena, nos vamos contentos con trabajo realizado. Nos puede favorecer conocer nuevos sitios para preparar Tokio. Hemos tenido poco tiempo, pocas tardes libres, pero hemos podido conocer una ciudad magnífica, la zona centro, la de la catedral, y probar la gastronomía. No la conocíamos, y nos vamos encantados y muy felices. Con muy sabor de boca y con ganas de volver. Seguro que volvemos por aquí. Seguro que sí.