Guerra en Oriente Próximo

La guerra de Gaza en el deporte: el veto "hipócrita" de las banderas de Palestina y el peregrinaje de Israel

Jugadores y aficionados han sido sancionados por mostrar su apoyo al pueblo palestino y pedir el alto al fuego de Israel, cuyos equipos juegan a puerta cerrada en competiciones europeas y fuera de su país

Amnistía Internacional defiende que estas manifestaciones "no pueden ser objeto de expulsión o multas", pero la UEFA acaba de sancionar con 17.500 euros al Celtic por la exhibición de banderas palestinas

Denís Iglesias

El

 también es motivo de conflicto en el deporte. Los palestinos denuncian el veto de sus banderas, que han utilizado diferentes aficionados y jugadores para mostrarles su apoyo. Por su parte, los israelís critican el peregrinaje en el exilio que están haciendo en competiciones europeas. Para entender este cisma, el doble partido disputado entre el Breogán español y el Hapoel Holon de Israel en la Basketball Champions League, competición organizada por la FIBA.

El pasado miércoles 15 de noviembre, el equipo gallego viajó a Riga (Letonia) para enfrentarse a su rival. Fue el territorio neutral que la organizadora del torneo encontró y que el Hapoel Holon aceptó. La primera opción era el pabellón olímpico Ano Liosa del AEK Atenas. Fue una decisión unilateral de la FIBA. El club griego emitió un comunicado en el que destacaba su apoyo a los refugiados, entre ellos, palestinos.

El laberinto de sedes para Israel

"El AEK intentó ser amable con todo el mundo e inmediatamente emitió su propio mensaje. Estoy seguro de que a la mayoría del público no le interesa esta situación, pero como ocurre en otros lugares, suena la voz de los militantes", declaró Eitan Lanciano, director general del Hapoel Holon. Éste recordó los ataques que sufrieron los seguidores del Hapoel Bank Yahav Jerusalem la pasada temporada en el Ano Liosa, precisamente en un encuentro de BCL.

"En cuanto me enviaron todos los mensajes de enfado de los griegos y, desde luego, después de lo ocurrido, yo fui firme al decir que aunque nos obliguen no jugaremos allí", declaró Lanciano. Al mismo tiempo que se jugaba el partido de Lugo, el Bursaspor turco anunciaba su disconformidad con que el próximo partido de la fase de grupos, en el que se medirán al Hapoel Holon, ejerciendo de locales, se tenga que jugar en Bosnia y a puerta cerrada.

Este peregrinaje es similar al que viven el resto de equipos israelís en competiciones europeas. En la Euroliga, el Maccabi Tel Aviv está jugando en Belgrado, este mismo martes lo hizo frente al Real Madrid. La UEFA también trasladó a Serbia los partidos del equipo homónimo de fútbol y del Maccabi Haifa.

Conflicto en el Breogán - Hapoel Holon

El partido de ida entre el Hapoel Holon y el Breogán se jugó, como todos en los que ejercen de local los equipos israelís, a puerta cerrada. Sin embargo, sí hubo público. Bastó con seguir la realización para comprobar que había un sector de familiares con banderas de Israel. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por las "víctimas de Israel". En las gradas se mostraron fotos de víctimas y secuestrados por Hamás.

El comentarista del encuentro en Teledeporte dijo lo siguiente: "Si hubiera fotos de todas las víctimas de los bombardeos de Gaza, no cabrían en el pabellón". El encuentro de vuelta entre el Breogán y el Hapoel Holon se jugó el 22 de noviembre en el Pazo dos Deportes de Lugo. Con público y la presencia de 20 furgonetas antidisturbios.

Siguiendo la normativa impuesta por la FIBA, el equipo español emitió un comunicado diciendo que "tras las conversaciones mantenidas con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la propia competición, se prohíbe la introducción y, por lo tanto, la exhibición e instalación de pancartas, banderas o símbolos susceptibles de alterar el orden público, con base a la situación del conflicto internacional actual". La nota citaba el Real Decreto 203/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de prevención de la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.

En la previa al encuentro se pintaron varias furgonetas de los clubes de la ciudad con el lema 'Palestina Libre', mismo mensaje que apareció en una de las paredes del Pazo dos Deportes. Un grupo de un centenar de manifestantes a favor de la causa palestina marchó por los aledaños de la cancha sin que se registrasen incidentes. Al partido acudieron, según cifras oficiales, 4.300 espectadores. Son más que las 4.050 personas registradas en el choque frente al Bursaspor turco, a pesar de que el principal grupo de animación del Breogán llamó a no acudir al encuentro.

Entre los aficionados que estuvieron en la grada, un ciudadano de origen palestino, como ha podido saber este diario, desplegó una bandera de Palestina en el tercer cuarto. Un seguidor del Breogán se la arrebató y otros cercanos aplaudieron esta acción. Algunos hicieron gestos ostensibles para que las autoridades intervinieran. En el bando contrario, más lejos, un grupo más reducido de hinchas aplaudió un gesto finalmente censurado.

La comparación con Rusia-Ucrania

"Prohibir la exhibición de una bandera palestina no debe ser objeto de identificación y, ni mucho menos de expulsión del recinto deportivo y posteriores sanciones, puesto que no cumple con los requisitos que la normativa internacional exige para poder restringir el derecho a la libertad de expresión", expone Amnistía Internacional.

Situaciones similares de tensión se vivieron durante la visita del Maccabi Tel Aviv a Valencia en la Euroliga. Se jugó el 18 de octubre bajo un fuerte dispositivo policial. Hubo escáneres y controles muy estrictos. A La Fonteta acudieron 2.809 espectadores frente a los 8.000 que acudieron a ver el duelo contra el Real Madrid. La Euroliga permitió a Maccabi jugar con ropa negra en señal de luto e hicieron el calentamiento con unas camisetas que ponían el siguiente mensaje: "Bring them home" ("Traedlos a casa"), en alusión a la liberación de los secuestrados por Hamás.

"Para denunciar una invasión ilegal de Rusia siempre se pueden llevar banderas al fútbol o a cualquier recinto deportivo. Pero cuando existe casi la misma situación en Palestina, ni los jugadores ni cualquier persona pueden hacerlo, porque eso es polémico y político. Lo que resulta realmente es hipócrita", denuncia en conversación con este diario Bassil Mikdadi, periodista deportivo palestino.

Cabe recordar que Rusia fue expulsada por la FIFA y la UEFA en febrero de 2022 de sus competiciones. Aunque algunos equipos de categorías inferiores han disputado torneos a través de la AFC (confederación asiática), se mantiene el bloqueo, también en lo que se refiere a los clubes. Israel y Palestina, al igual que Ucrania, disputan sus partidos internacionales en territorios neutrales. “Tenemos el apoyo del pueblo y de los aficionados, que son el alma de los clubes de Europa. Lamentablemente, no de la gente que tiene poder, los que están en las directivas", critica Mikdadi, fundador de 'Football Palestine', un medio que sigue la actualidad del combinado asiático.

El 15 de octubre, durante el Eibar - Huesca, un aficionado del club local fue expulsado por mostrar una bandera de Palestina, a iniciativa de la Ertzaintza y la seguridad privada del equipo armero. Las aficiones del Cádiz, Sevilla o Real Sociedad han exhibido estos distintivos en sus estadios. En el caso de los donostiarras, incluso entraron en el fondo de su campo con monos ensangrentados, para denunciar los ataques sobre civiles.

¿Se pueden exhibir banderas de Palestina?

"No nos consta que se haya expulsado a más aficionados o que se les haya retirado alguna bandera palestina. Es cierto que en los últimos tiempos se ha difundido una circular de 2021 en la que se recoge que solo se pueden usar símbolos de animación del equipo y no de índole política. Se ha avisado en El Sadar o San Mamés por megafonía de ello, pero sin consecuencias", explica a este diario Emilio Abejón, secretario general de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE).

Abejón insiste en que a los aficionados les ampara el artículo 20 de la Constitución que consagra la libertad de expresión. Igualmente, analiza el contenido de la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. "En la misma se habla de la prohibición de lemas o banderas que inciten a la violencia, algo que no sucede con la de un pueblo que está siendo masacrado. Tampoco creemos que debiera prohibirse la bandera de Israel, aunque no nos consta que haya habido problemas con estas", añaden desde FASFE.

En la obligada comparación con Ucrania, LaLiga, cuando se produjo la invasión de Rusia, introdujo en todas las retransmisiones un rótulo que primero ponía 'No a la guerra' y después 'No a la invasión'. "Si se prohíben las banderas palestinas se puede incurrir, precisamente, en un acto de xenofobia, uno de los temas explícitos de la Ley 19/2007. No se puede vetar un símbolo por el mero hecho de ser extranjero", concluye Emilio Abejón.

La UEFA multa al Celtic en Champions

"El artículo de la Ley 19/2007 no contempla la prohibición de símbolos que de manera pacífica reivindiquen sentimientos nacionalistas o independentistas. El mero hecho de exhibir una bandera palestina (o israelí) no es una alteración de orden público ni incita a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana", indica Amnistía Internacional.

Celtic Park se llenó de banderas palestinas durante el partido de Champions del equipo local y el Atlético, pesar de que la UEFA amenazó al club escocés con sanciones que finalmente impuso: 17.500 euros. La directiva envió a sus seguidores pidiendo que "en línea con otros clubes, ligas y asociaciones" no mostrasen "pancartas, banderas y símbolos relacionados con el conflicto". El grupo de animación 'Green Brigade' llenó su sector de emblemas a favor de Palestina, lo que terminó acarreando la citada multa.

Israel forma parte de la UEFA desde 1994. El equipo que dirige Alon Hazan se ha clasificado para la repesca de la clasificación de cara a la Eurocopa 2024. Lo hizo tras jugar entre el 12 y el 21 de noviembre cuatro partidos. Los dos encuentros que el cuadro hebreo disputó como local fueron en el Pancho Arena de Felcsút (Hungría).

Como visitante jugó en Kosovo, bajo un fuerte dispositivo policial que obligó al registro de los internacionales kosovares (el estado israelí fue el último en reconocer la independencia de su país). En Andorra la situación fue más tranquila. Fue convocado para estos partidos Shon Weismann, el único jugador israelí en la primera española.

Tras los secuestros de Hamás y los ataques militares a Gaza, reaccionó en redes sociales. "¿Por qué no les dispara en la cabeza?", puso en un vídeo en el que un militar israelí apuntaba a dos presuntos terroristas palestinos que aparecían desnudos. En otro mensaje, el futbolista del Granada deseaba lanzar "200 toneladas de bombas sobre Gaza". Finalmente, acabó borrando ambas publicaciones. No viajó al Sadar tras ser amenazado por los ultras de Osasuna.

Para la UEFA, ubicar los partidos de Israel en el calendario está siendo un auténtico quebradero de cabeza. Pero todavía lo será más para Alemania, sede de la Euro 2024, si el cuadro hebreo logra meterse por primera vez en el torneo. Resuenan los ecos de la Masacre de Múnich, en la que murieron once miembros del equipo olímpico israelí a manos del grupo terrorista Septiembre Negro.

Enfrentamiento entre jugadores y clubes

La problemática entre Palestina e Israel está lejos de calmarse. En la previa al Maccabi Haifa - Villarreal de Europa League, disputado en Chipre sin público, hubo un tenso minuto de silencio. El hispano-marroquí Illias Akhomach y el franco-argelino Aissa Mandi, futbolistas del 'Submarino', se desmarcaron del mismo.

Ciertos jugadores han tenido un posicionamiento comprometido, enfrentándose incluso a sus clubes. El FSV Mainz 05 alemán rescindió el contrato de Anwar El Ghazi "por no coincidir con los valores de nuestro club". El extremo no dio marcha atrás y asumió las consecuencias de su decisión: "Apoyo hoy, y hasta mi último aliento, a la humanidad y a los oprimidos".

Para Bassil Mikdadi, palestino afincado en Ámsterdam, esta decisión es incomprensible: "En Europa tienes el derecho de decir casi cualquier cosa, pero no puedes pedir el fin de la violencia. Los 'posts' de El Ghazi son normales. Si no tienes la opinión del gobierno de Alemania no puedes jugar en este club. Es difícil de entender. No es nada radical llamar al alto al fuego, reclamando que un gobierno no mate niños, ancianos y mujeres inocentes".

La guerra entre Hamás e Israel ha sido motivo de conflicto entre jugadores e incluso entre hinchadas tradicionalmente aliadas. Benzema expresó su apoyo a Palestina y Dudu Aouate le insultó gravemente. El St. Pauli, un equipo que destaca por tener una hinchada y un posicionamiento antifascista, se ha posicionado, como todo el fútbol alemán, a favor del estado de Israel, lo que les ha enfrentado a tradicionales aliados como los seguidores del Celtic.

"Ante las atrocidades cometidas por Hamás, y el bloqueo y los bombardeos en Gaza por Israel, el derecho a exigir pacífica y públicamente el respeto de los derechos de la población civil debe ser protegido, incluyendo las muestras de apoyo a los derechos de la población palestina (e israelí)", concluye Amnistía Internacional sobre una cuestión que ha encontrado en el deporte, como plataforma política, el gran escenario para su debate.