Los trastornos de ansiedad se han convertido en un problema de salud pública, sobre todo desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ansiedad y la depresión aumentaron un 25% en todo el mundo durante los primeros meses de la crisis sanitaria.

En España, solo durante el año 2020, se registraron 5.044.566 casos de ansiedad.

De hecho, expertos médicos en Estados Unidos, recomiendan medir el nivel de ansiedad en los adultos menores de 65 años de forma rutinaria y crear un mejor acceso a la atención sobre salud mental.

Como explica a este portal la psicóloga Macarena del Cojo, del Instituto Psicológico Cláritas:

"Durante la pandemia hemos sentido mucho miedo debido a que había un peligro real de muerte. Eso hizo que nuestro cuerpo entrara en un estado de alarma que generó una respuesta emocional (ansiedad) ante esa amenaza".

Y esto, aunque parezca mentira, esa reacción "nos ayuda a ‘ponernos a salvo’ teniendo las precauciones necesarias".

Pero ahora hay un mayor número de personas que han activado este estado de alarma. Y lo han hecho, además, frente a estímulos difusos y no proporcionados.

Por eso podemos hablar de que nos encontramos con muchas personas que “han presentado síntomas de ansiedad anticipatorias a una posible amenaza futura”.

La ansiedad son "reacciones que la persona no controla, que son recurrentes y que llegan a provocar un gran malestar, que interfiere negativamente en los diferentes ámbitos de su vida". 

Cuáles son los síntomas de la ansiedad

Como remarca la especialista, la ansiedad puede manifestarse de muchas maneras, por lo que hay diferentes tipos de síntomas.

No obstante, podemos destacar que provoca "síntomas físicos y algunos de ellos, como taquicardia, palpitaciones u opresión en el pecho, pueden hacernos creer que estamos ante alguna enfermedad física o ante los síntomas previos a un infarto”.

Los síntomas de ansiedad, como corrobora la doctora Del Cojo, son los mismos en la etapa infantil y la edad adulta.

  • Somáticos o físicos: Mareos o sensación de inestabilidad, sudoración excesiva, taquicardia, palpitaciones, sensación de ahogo, temblores, rigidez o debilidad muscular, insomnio, náuseas, molestias digestivas, hormigueo y dolor de cabeza tensional.
  • Cognitivos o psicológicos: Ideas obsesivas, pensamientos negativos o catastróficos, problemas de memoria, dificultades para concentrarse, preocupación excesiva, sensación de confusión, percepción de peligro o amenaza, problemas para tomar decisiones, miedo a morirse, a volverse loco o a perder el control etc. 
  • Conductuales: Hiperactividad motora, bloqueos, impulsividad, deseo de escapar o huir de ciertas situaciones, estado de alerta permanente.
  • Emocionales: Angustia, miedo, sensación de falta de control, irascibilidad, inseguridad, sensación de extrañeza y/o vacío, inquietud.
  • Sociales: Dificultades para seguir el curso de una conversación, verborrea, quedarse en blanco, impulsividad, temor ante los conflictos interpersonales y dificultades para expresar sus opiniones ante los demás.

La ansiedad puede aparecer en cualquier etapa de la vida. Y “los síntomas ansiosos son los más frecuentes, debido a que aparecen cuando estamos frente a un estímulo amenazante”.

Para realizar el diagnóstico “tenemos que tener en cuenta los síntomas que la persona presenta" Archivo

Ansiedad: causas y diagnóstico

Las causas varían de una persona a otra y están relacionadas con cualquier situación que suponga una amenaza para la persona, ya sea real o imaginaria. Porque en ese momento el cuerpo entra en estado de alarma y comienza a mostrar los síntomas anteriormente explicados. 

Y aunque esos síntomas podrían indicar que estamos `padeciendo un trastorno de la ansiedad, la psicóloga nos explica que "tanto el miedo como la ansiedad activan una respuesta que nos preparan para la acción. Por eso en ciertos momentos, esos síntomas son necesarios y útiles".

No obstante, el problema llega cuando el miedo es desproporcionado, limitante o sucede ante estímulos que no representan ningún tipo de peligro.

  • "En esos casos, nos encontramos con una ansiedad desadaptativa, que hace sufrir o limita la vida de la persona".

Pero no es el único tipo de ansiedad. Y podríamos destacar los siguientes:

  • Trastorno de ansiedad por separación.
  • Mutismo selectivo.
  • Fobia específica.
  • Trastorno de ansiedad social (fobia social).
  • Trastornos de pánico.
  • Agorafobia.
  • Trastorno de ansiedad generalizada.
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias y/o medicamentos.
  • Trastornos de ansiedad debido a otra afección médica. 

Por eso, para realizar el diagnóstico más concreto "tenemos que tener en cuenta los síntomas que la persona presenta, ya que nos indicarán ante qué tipo de trastorno de ansiedad estamos”.

Y también hay otros indicadores que, subraya la psicóloga, se deben tener en cuenta: 

  • El tiempo que llevan manifestándose los síntomas.
  • Que el miedo sea desproporcionado a la situación.
  • Que se presente un malestar alto en el que haya un deterioro en lo social, laboral, o en otras áreas de funcionamiento.

Cuál es el tratamiento para la ansiedad

Como es lógico, e tratamiento para la ansiedad “dependerá del tipo de trastorno que presente la persona”.

Los dos tipos de tratamiento son: 

  • Psicoterapia: La terapia cognitiva conductual (TCC) es la más eficaz para tratar los trastornos de ansiedad. La TCC consiste en técnicas específicas orientadas a  mejorar los síntomas para conseguir que el paciente vuelva gradualmente a las actividades que haya perdido por culpa de su cuadro de ansiedad. Y una de las técnicas más utilizada es la terapia de exposición. 
  • Medicación: Se utilizan distintos tipos de medicamentos, como ansiolíticos, para ayudar a aliviar los síntomas según el tipo de trastorno de ansiedad que se sufra.

Pero no en todos los casos hay que recurrir al tratamiento farmacológico.

Solo son necesarios “cuando la ansiedad está afectando significativamente a las áreas laborales, personales… es decir, para aliviar ciertos síntomas incapacitantes de manera más rápida”.

También “es muy común que los trastornos de ansiedad vayan acompañados de periodos de depresión”. “Existen algunos casos de ansiedad crónica en los que las personas presentan episodios de ansiedad en diferentes etapas de su vida y de manera recurrente”.