Ataque yihadista

Dos víctimas detallan cómo fueron agredidas durante el atentado de Algeciras

La investigación se encuentra en un estado avanzado pero los detalles se desconocen ya que la causa es secreta

EFE

Dos víctimas que resultaron heridas durante el atentado perpetrado el pasado 25 de enero en dos iglesias de la localidad gaditana de Algeciras han detallado este viernes ante el juez cómo se encontraron con el investigado por estos hechos y se produjo la agresión, entre ellos el sacerdote Antonio Rodríguez, que tuvo que ser hospitalizado tras ser herido de gravedad con el machete que portaba el autor confeso del ataque.

El magistrado de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha finalizado este viernes la primera ronda de testigos en el marco de la investigación por este "ataque yihadista" con la declaración por videoconferencia de Rodríguez y del ciudadano marroquí al que Yassin Kanjaa, investigado por estos hechos, agredió, según el juez, al creer que era converso y no practicaba "la auténtica religión".

Ambos, según han informado a EFE fuentes jurídicas, han ratificado las versiones que ya aportaron ante la Policía y cuyos detalles no han transcendido al encontrarse la causa secreta, y han solicitado una indemnización, habitual en estos casos. Han relatado cómo se encontraron con el joven marroquí investigado por este ataque y cómo se produjeron las agresiones que, en el caso del salesiano Antonio Rodríguez, supuso su ingreso hospitalario para ser intervenido en el Hospital Universitario Punta de Europa, en el municipio gaditano, debido a la gravedad de la agresión.

De acuerdo al relato que realizó el juez en el auto donde autorizaba la entrada y registro de la casa donde vivía el investigado, este sacerdote de 74 años fue agredido minutos después de oficiar misa en la parroquia de San Isidro, cuando bajó del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, al escuchar los allí presentes que alguien que se encontraba fuera del templo estaba profiriendo gritos en árabe. En ese instante, decía el juez, "el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita" lo agredió "causándole lesiones de gran gravedad" e intentó atacar también a uno de los testigos que estaba también allí.

Tras huir de la parroquia, continúa el relato del juez, Kanjaa se dirigió a la iglesia Virgen La Palma, a unos 200 metros, donde se encontró con el sacristán Diego Valencia, que estaba abandonando el lugar por la puerta trasera, y a quien el investigado presuntamente mató con la "catana" que portaba y tras gritar unas palabras en árabe, entre las que se escuchó "allah".

Según el magistrado, también centró "su ataque contra un marroquí al que considera infiel, al creer que estaba ante un marroquí converso, por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle". Hasta el momento todos los testigos se han ratificado en las declaraciones que prestaron ante la Policía y, según las fuentes consultadas, la investigación se encuentra en un estado avanzado, aunque no se descarta que, cuando se levante el secreto de sumario, las acusaciones personadas o la propia defensa soliciten más diligencias.