Incendio en Murcia

La falta de seguridad en las discotecas incendiadas, en el punto de mira

Salidas de emergencias inoperativas o una alarma de humos ineficiente, algunas de las irregularidades comunicadas por los familiares de las víctimas, que se suman a las detectadas durante la investigación

Jaime Ferrán | Alejandro Lorente

El Ayuntamiento de Murcia tiene abierta una investigación interna para averiguar qué falló en la Corporación para que las dos discotecas en las que murieron trece personas el domingo pasado en un incendio estuvieran abiertas a pesar de no tener licencia en vigor.

Pero, además de la presumible mala praxis por parte del servicio de Inspección municipal, familiares de las víctimas ya comienzan a apuntar a problemas de seguridad en Fonda Milagros, establecimiento en el que se encontraron las trece víctimas.

"Con un mínimo de sentido común, cualquiera diría que lo ocurrido en Atalayas es un despropósito de principio a fin". Habla Pedro López Graña, abogado que representa a las familias de dos de las personas que fallecieron hace cuatro días, originarias de Nicaragua y de Ecuador y repartidas entre Murcia y sus respectivos países.

Para el abogado, el ocio nocturno es una "actividad de alto riesgo", en cuanto a que son negocios que congregan a una gran cantidad de gente. Máxime cuando "carecen de las más elementales medidas de seguridad", como todo parece indicar, según le han transmitido a los familiares de las víctimas que representa.

Reconoce que "ha habido dejadez de funciones por parte de la administración local", pero también "canallesca por parte de los empresarios" de Teatre y Fonda Milagros.

En este sentido, aunque espera poder seguir recabando información en los próximos días y cuenta con conocer el informe de la Policía Científica sobre las causas del incendio, Graña apunta a que no funcionaron correctamente los sistemas de humos ni de detección de incendios. Tampoco las luces de emergencia ni había salidas de emergencias operativas. "Eso es ser un delincuente", subrayó el letrado.

Fuentes cercanas a la investigación que se está desarrollando en el interior de las discotecas de Atalayas confirman a La Opinión, precisamente, que las salidas de emergencia no cumplían con los estándares exigidos.

Para empezar, en la discoteca Golden, la menos afectada de todas en el incendio, no se llegó a abrir la puerta de emergencias. En este establecimiento dio tiempo de sobra para el desalojo.

En Teatre, esta salida tenía una persiana de tijera (que no debería estar echada con el local en funcionamiento). Lo grave, sin embargo, se encontró en el pasillo al que desembocaba la puerta de emergencias: de apenas un metro y medio de ancho y, además, lleno de bidones, depósitos y tubos. Obstáculos que parecían formar parte de un nuevo sistema antiincendios, aún por montar. Se encontró, afirman las mismas fuentes, hasta el libro de instrucciones.

Poco se puede decir de Fonda Milagros, que quedó en un estado tan ruinoso que aún es imposible averiguar hasta si la puerta de emergencias se usó. Sí que se hallaron en el pasillo que servía de escape para las tres discotecas muchas cajas de bebidas, por lo que podría usarse esa zona como almacén.

El dueño de Recambios Jesús, negocio cercano al lugar de la tragedia, contaba ayer a esta Redacción que ese pasillo por el que debían salir los clientes de las discotecas en caso de emergencia era una antigua acequia. "Lo usaban como trastienda", asegura.

José Luis Calvo, autor de un informe técnico sobre la tragedia del Madrid Arena en la que murieron cinco chicas, afirma ya sin tapujos a EFE que en Fonda Milagros el problema estuvo en la "ratonera" en la que quedó convertida por sus "nulas condiciones de evacuación".

Experto en seguridad de actividades y eventos, Calvo señala que los propietarios de Teatre dividieron los dos locales con pladur, pero no los compartimentos con medidas de seguridad frente a incendios. La compartimentación de los locales con un falso techo impidió que los clientes que se encontraban en el palco de Fonda Milagros, donde se encontraron los cadáveres, pudieran escapar del "laberinto" que conducía a la salida. "Y se consentía", lamenta.

"Alguien miró para otro lado"

 sin el permiso correspondiente investigación municipalsin licencia es absolutamente anómalo

"Delante de las salidas de emergencia ponían biombos y photocall"

Algunos de los testigos del incendio que dejó 13 víctimas mortales en las discotecas de Atalayas han señalado a esta Redacción que las salidas de emergencias de las salas de la nave (Golden, Teatre y Fonda) no estaban operativas. 

Inmaculada Hernández, amiga de algunos de los fallecidos en el incendio, explica a La Opinión que frente a estas salidas, "de forma habitual se podían ver paneles de photocall o biombos de separación; todas las veces que he ido nunca las he visto habilitadas, y nunca he salido de allí por otra puerta que no fuera la principal". Aunque advierte que tampoco se ha fijado demasiado, Hernández no recuerda haber visto la preceptiva señalización de salida de emergencia

Cabe destacar que la salida trasera de Teatre da a un callejón que está taponado con unos enormes bidones. Aunque no se tiene constancia de que usara ese recorrido, algunos de los testigos aseguran que fue una suerte que las personas no salieran por allí porque se habría convertido en una ratonera, y la tragedia podía haber sido mayor. 

Otra testigo consultada, Diana Sánchez, de Colombia, destaca que la puerta de emergencias de la discoteca Fonda sí era habilitada a la hora del cierre, cuando se cerraba el acceso principal para impedir que entraran más clientes, aunque no ha podido precisar si esta salida permanecía abierta cuando lo estaba la principal, o si estuvo habilitada durante la madrugada del incendio

Por su parte, Laudes Parra también señala que, según algunos de sus amigos que estuvieron en Fonda durante el suceso, los aspersores solo funcionaron durante el incendio unos 40 segundos.