Tenis

Alcaraz se crece en la hierba y reta a Djokovic en su jardín: "Soy uno de los favoritos para ganar Wimbledon"

El tenista murciano llega al tercer grande de la temporada como número uno y "con muchísima confianza "tras su victoria en Queen´s aunque con ciertas dudas en lo físico por un problema en el muslo que arrastra desde la final

El serbio, ganador en seis de las últimas ediciones, busca igualar los ochos títulos de Roger Federer en el All England Tennis and Croquet Club y alcanzar a Margaret Court como el tenista con más grandes de la historia

Carlos Alcaraz y Novak Djokovic se saludan en el entrenamiento previo a Wimbledon

Carlos Alcaraz y Novak Djokovic se saludan en el entrenamiento previo a Wimbledon / Reuters

Daniel Gómez Alonso

Cuando se trata de Wimbledon, manda Novak Djokovic y luego, a una distancia considerable, asoman los demás. Al menos eso es lo que dictan la lógica y los precedentes en un torneo que en sus cuatro últimas ediciones ha caído en manos del tenista serbio, que además llega como ganador de los dos Grand Slams disputados este año y ya consolidado como el tenista con mejor palmarés de la historia.

Pero más allá de esos números, inabarcables, en el ambiente empieza a flotar la sensación de que no todo está escrito de antemano. Que quizás haya torneo. Y si lo puede haber, al menos en la imaginación de aquellos que esperan ansiosos la llegada del tercer grande del año, es gracias a la enésima irrupción precoz de Carlos Alcaraz, esta vez sobre la hierba.

Antes del paso victorioso del murciano por Queen's, la idea generalizada era que Nole partía como el único candidato real a ganar en Wimbledon y alcanzar, de paso, los ocho títulos de Roger Federer, el que más acumula hasta la fecha en el All England Tennis and Croquet Club. Lo era, y lo sigue siendo, por supuesto, pero ese triunfo, el primero de la carrera de Alcaraz sobre césped, cambió ligeramente el paradigma y le permitió recortar en parte esa distancia, hasta ahora sideral, que les separaba en esta superficie.

“He visto una estadística de que Novak ha ganado más partidos (86 y solo 10 derrotas) que los otros 20 favoritos juntos”, recordaba el tenista español hace unos días. “Él es el gran candidato. Yo tengo que dar al máximo para tener oportunidades. Estoy muy contento por verme preparado y haber jugado a un gran nivel en Queen's, tengo muchísima confianza", avisaba el de El Palmar tras recuperar el número uno, lo que le permitirá llegar a Wimbledon como primer cabeza de serie y evitar a Nole hasta una hipotética final.

“No necesito que esté Carlos ni cualquier otro para encontrar ese impulso y esa motivación extra que me aportan los Grand Slams. La mayor parte de mi atención se centra en mi cuerpo y en mi mente, en mi juego, tratando de llevarlo al estado óptimo en el que estoy ahora mismo”, respondió el serbio, centrado en sí mismo y sabedor de que aquí, en Londres, es la indudable referencia a pesar de la confirmación de su rival sobre el verde.

El tenista murciano, su principal competencia en la actualidad, apenas necesitó un torneo para adaptar sus movimientos a la hierba y despejar cualquier tipo de duda acerca de su adaptación, presentando así su candidatura a optar por algo más que otro año de aprendizaje. En un visto y no visto pasó de sufrir, y mucho, en su primer partido ante el francés Arthur Rinderknech a arrasar a sus rivales, de mayor entidad, en las rondas finales, amarrando su primer título en la que es quizás la superficie más especial y en la que apenas ha disputado 11 partidos en su carrera profesional.

Suficiente para Alcaraz, que sigue quemando etapas a una velocidad inusitada. Prueba de esa precocidad es que la victoria en Queen´s, además, le permitió superar a todos los miembros del Big Three en otro registro. Con tan solo 20 años y un mes ya sabe lo que es ganar torneos en las tres superficies (cemento, tierra y hierba), algo para lo que Roger Federer necesitó 21 años y 10 meses, Rafa Nadal 22 y el propio Djokovic tuvo que esperar hasta los 24 años y dos meses.

"Siento que llevo 10 años jugando en hierba"

Nadie en el circuito dudaba de que, con el tiempo, el número uno más joven de la historia contaba con todas las herramientas para acabar convirtiéndose en un gran jugador también sobre la hierba. Un buen saque, una derecha que vuela, facilidad en la red... Lo que ya era más difícil de prever, incluso para el propio Alcaraz, era que recién alcanzada la veintena sería capaz de acompasar todos sus movimientos para mostrarse como un candidato a todo.

“Es verdad que antiguamente era un poco más complicado porque había más sacadores y la hierba era diferente, mucho más rápida, pero tampoco voy a quitarme mérito. Estoy mejorando, me siento mejor en cada partido que juego. Ahora siento que llevo jugando 10 años sobre hierba. No me esperaba adaptarme tan rápido, la verdad”, explicaba tras ganar en Queen´s el número uno, que por el camino se deshizo de rivales que, a pesar de no ser primeros espadas, saben lo que es ganar en hierba, como Grigor Dimitrov, Álex de Minaur o Sebastian Korda.

"Verme jugar a un alto nivel es muy especial para mí. Me siento uno de los favoritos para ganar en Wimbledon, voy a tratar de jugar a este nivel para tener oportunidades de ganar a Novak o de llegar a la final. Es el torneo más bonito del circuito, un torneo que realmente quiero ganar algún día. Tengo mucha confianza en hacer ese sueño posible este año”, reconocía.

Precaución por las lesiones

Solo ha necesitado Alcaraz nueve partidos ganados como profesional para ser considerado un especialista en hierba . Precoz como pocos, el de El Palmar demuestra con hechos en cada torneo que pisa que sus reconocidas ambiciones de ser "uno de los mejores de la historia" no son simplemente unas palabras al vuelo. Y para ello, es obligatorio ganar durante todo el año y en cualquier circunstancia.

Lo sabe el número uno, reforzado por sus buenas sensaciones y que afrontara el reto del asalto al grande británico con tanta ambición, en lo puramente deportivo, como precaución en lo físico, que le ha generado más de un quebradero de cabeza en lo que va de año. Es ese el único pero, si es que se le puede achacar algo, en lo que va de temporada. Además de perderse el Open de Australia por un problema muscular, en los cuatro partidos que ha perdido en 2023 ha acabado tocado (espcialmente doloroso fue el episodio de los calambres en las semifinales de Roland Garros ante Djokovic).

Es por ello que, tras acabar tocado en el aductor del muslo derecho la final ante de Minaur en Queen´s, el de El Palmar renunció a la doble aparición que inicialmente había programado en la exhibición de Hurlingham. Cuidarse y llegar en las mejores condiciones posibles a Wimbledon ha sido el objetivo desde entonces. No fue hasta el pasado viernes cuando empezó a trabajar en las pistas del club, y este domingo se le pudo ver entrenando con un aparatoso vendaje en su pierna que levantó las alarmas, pero que en principio no debería frenarle de cara a su debut ante el francés Jeremy Chardy, fijado para este martes.