El Valencia Basket despidió este lunes oficialmente la temporada con un acto en el que se reunieron por última vez la actual plantilla, cuerpo técnico y algunos directivos. Fue una comida en L’Alqueria del Pou, conocido restaurante próximo al pabellón de la Fuente de San Luis, y en la que el buen ambiente fue la nota predominante durante un almuerzo del que sólo se ausentaron Tibor Pleiss y Antoine Diot. Dato sintomático de lo que a lo largo de la temporada han sido las relaciones personales dentro del vestuario.

Y eso a pesar de que la campaña haya sido compleja y difícil por múltiples circunstancias y de que, a nivel deportivo, los resultados no hayan sido los esperados. Algo que, como quedó demostrado, no sólo no ha sido un factor desestabilizador a nivel interno, sino que no ha afectado lo más mínimo a la buena química existente dentro de la plantilla y el cuerpo técnico.

Para algunos fue un ‘adiós’ en toda regla, y para otros sólo un ‘hasta luego’ cuando a mediados de agosto regresen para iniciar la pretemporada. Eso sí, muchos no saben aún si era una cosa o la otra. Comenzando por el entrenador, Txus Vidorreta, sentado a la mesa junto a Vicente Solá, presidente del club, Paco Raga, vicepresidente y consejero delegado, y Chechu Mulero, director deportivo.

De estos dos últimos en concreto depende la primera gran decisión de cara al nuevo proyecto. La de ofrecer o no la renovación al preparador vasco, y que dependerá también en un alto porcentaje de la conversación que ambos tienen previsto mantener con el técnico en las próximas horas.Y es que el debate en las oficinas del Valencia Basket sobre la continuidad o no de Txus Vidorreta, lejos de lo que se pudiera pensar en un principio, sigue abierto pues ninguna de las opciones está descartada. La reflexión dentro del club, por tanto, va a ser profunda.

Así se desprende de las conversaciones mantenidas este lune sy martes entre Paco Raga y Chechu Mulero. Ambos van a tomarse un tiempo prudencial antes de adoptar una decisión vital de cara al futuro proyecto. De hecho, SUPER pudo confirmar que la decisión podría prolongarse hasta el fin de semana y va a tener mucho que ver con las reuniones que se mantengan con Txus Vidorreta estos días. Y no sólo para conocer su valoración de la temporada, sino también sus explicaciones y, principalmente, las cosas que considera necesario cambiar antes de alcanzar un hipotético punto de acuerdo y consenso a la hora de seguir al frente del proyecto.

«Habrá que hablar de algunas cosas de índole interno, porque a lo largo de este año he tomado conciencia de aspectos que podemos mejorar», advirtió Vidorreta ya el pasado viernes preguntado sobre una posible oferta de renovación. Esas «cosas» sin duda van a tener un peso importante en la decisión final, tanto en un sentido como en otro, aunque no todo. Y es que al contrario de lo sucedido hace un año, en esta ocasión hay mucho que analizar y debatir antes de llegar a la decisión final con el entrenador.

Será a partir de entonces, con Vidorreta u otro técnico, cuando se pase al siguiente capítulo. Este no es otro que decidir sobre los jugadores que acaban contrato el 30 de junio. En este sentido, el club tiene una opción para prolongar el contrato una temporada más de Sam Van Rossom y Tibor Plesiss. Algo que ejecutará seguro en el caso del base belga. En el polo opuesto están los casos de Ivan Buva, que llegó con un contrato temporal, Latavious Williams y Erick Green. Ninguno de los tres volverá a vestir la elástica taronja la próxima campaña. Por último, la incertidumbre es máxima con respecto a Will Thomas, Guillem Vives y Rafa Martínez. Su futuro es una incógnita aunque, en el caso del capitán, seguirá un año más.