Como si fuera una final. Así afrontaba el Valencia Basket y Jaume Ponarnau el partido de este sábado ante el San Pablo Burgos después de una racha de cinco derrotas consecutivas y de solo dos victorias en diez encuentros oficiales. Y por fin llegó un convincente triunfo que debe dar algo de tranquilidad para afrontar una semana de vértigo, con dos partidos de Euroliga a la vista.

Con un quinteto inicial formado por Van Rossom, Jordan Loyd, San Emeterio, Ndour y Labeyrie, al Valencia Basket le costó ver aro a pesar de que fue Ndour el que abrió el marcador. La segunda canasta taronja no llegó hasta los cinco minutos, con una bandeja de Van Rossom. Lo fallos en el tiro se sucedían (especialmente desde la línea de tres) y solo la superioridad en el rebote y los malos porcentajes de los locales mantenían a los de Ponsarnau en el partido, hasta el punto de llegar solo un punto abajo al final del primer cuarto (16-15) tras una última canasta de Motum tras rebote ofensivo.

El australiano encadenó otros cinco puntos consecutivos al inicio del segundo período y volvió a poner por delante a los taronja (16-20), pero dos triples de Bassas llevaron la igualdad al marcador (22-22).

El Valencia Basket seguía encadenando fallos en los triples hasta que llegó el primero de Dubljevic (1-de 10 hasta ese momento). Y ahí cambió la dinámica taronja pese a un posterior triple de Miquel Salvó. El propio Bojan, Doornekamp y Labeyrie, encadenaron otros tres consecutivos que, con un parcial de 0-11 gracias a otra canasta de Van Rossom, elevaron la ventaja taronja hasta los once puntos (25-36). Una diferencia que aumentó hasta los 13 puntos (29-42) al descanso, en un cuarto en el que el Valencia Basket elevó también su intensidad defensiva.

Sin Van Rossom en pista por lesión, Quino Colom tomó el mando de las operaciones taronja y el Valencia Basket no solo consolidó su ventaja, sino que la aumentó, con siete puntos del andorrano y dos triples de San Emeterio y Loyd (que no había anotado hasta entonces), que compensaron otros triples de Clark y Bassas. La ventaja llegaba hasta el 41-62 tras un parcial de 0-11, el partido estaba encarrillado y el objetivo ya era mantener la intensidad defensiva y el acierto para evitar sustos.

El 45-68 al final del tercer cuarto (con una última canasta de Motum de nuevo sobre la bocina) daba margen para la relajación, pero el Valencia Basket no estaba por la labor de bajar el listón y convirtió el último cuarto en un mero trámite, en el que el San Pablo Burgos (una de las grandes revelaciones de la Liga Endesa) nunca tuvo opción a soñar con la remontada y acabó sumando su segunda derrota (62-63), mientras los taronja lograban su tercer triunfo y salvaban una complicada situación antes de una semana con dos partidos de Euroliga antes de recibir al Herbalife Gran Canaria el domingo en La Fonteta.