Jarro de agua fría en La Fonteta. La final se escapó de las manos. Un triple de Jordan Loyd congeló la respiración de los pocos asistentes y silenció aún más un pabellón ya de por sí falto de ambiente sin aficionados en las gradas. El sueño de la segunda Liga tendrá que esperar, pero la temporada termina con dos semifinales (Copa y Liga Endesa) y el billete para la próxima Euroliga.

Una temporada notable analizada en frío e incluso en caliente, como así supieron reconocer Juan Roig y los máximos responsables del club desde la grada, al despedir al equipo entre aplausos pese a la decepción por la eliminación.

Y es que los jugadores lo dieron todo desde el primer minuto a pesar de las adversidades. Una vez más, el equipo tuvo que afrontar la semifinal de este domingo sin la presencia de uno de sus jugadores más en forma, Alberto Abalde. Un golpe anímico que se sumaba a las lesiones de Ndour y Vives y a las molestias de Dubljevic, pero en un vestuario como el taronja, cabía la esperanza de que todo ello quedara en una mera anécdota.

Salvo Marinkovic, los otro nueve jugadores que tuvieron minutos anotaron antes del descanso. En el Baskonia, por contra, solo lo hicieron cinco y la dependencia sobre Shengelia y Dragic era brutal. La energía y concentración en el banquillo taronja (que volvió a ser el local) contrastaba con los nervios y las broncas de Ivanovic a algunos de sus jugadores.

La ilusión en la tribuna, con Juan Roig y Hortensia Herrero a la cabeza, se notaba desde el primer minuto. En juego estaba el pase a la tercera final de Liga de la historia y la posibilidad de acariciar un título tres años después de ganar la primera ACB, ya con el Barcelona esperando en la final tras su victoria ante la gran revelación de la Fase Final, el San Pablo Burgos.

Siete de los jugadores taronja e incluso el propio Jaume Ponsarnau acaban contrato y a falta de ver quiénes renuevan y quiénes no, nadie quería que el de ayer pudiera ser su último partido defendiendo los colores del Valencia Basket, aunque finalmente fuera así.

Algunos de ellos, como un espectacular Mike Tobey en esta Fase Final, seguían haciendo méritos para renovar. Pero contratos al margen, solo había un objetivo y era el de clasificarse para la final del martes. Y más difícil se puso aún el reto tras la lesión de Labeyrie en el lanzamiento de un triple que llevó al marcador un esperanzador 41-30 a medio minuto del descanso.

El francés se retiró cojeando y sin él ni Ndour, Doornekamp tuvo que jugar el resto de partido de 'cuatro' y Ponsarnau se vio obligado a dar minutos a un Brock Motum que,de otra forma, difícilmente habría entrado en pista visto su flojo rendimiento durante toda la temporada (curiosamente él no acaba contrato).

Dos triples de San Emeterio y Dubljevic dieron aire a los taronja, pero Shengelia (ese jugador que tiene inscrito su nombre en el 'Mur dels Somnis') seguía dando vida a los de Ivanovic, que acabaron el tercer cuarto por delante en el marcador tras una canasta de Vildoza (55-56).

El acierto de Shields y los nervios locales daban alas al Baskonia hasta que apareció un Marinkovic que aún no había anotado para, con triple, dar esperanza a los locales (60-63). Un triple de Van Rossom puso el empate y Polonara respondió desde más de la línea de 6,75.

El Valencia Basket se jugaba el pase a la final en 5.38 minutos, castigado por las lesiones y el cansancio y con un Tobey con cuatro faltas personales. Pero no era momento de guardarse nada y Ponsarnau quería jugarse los últimos minutos con el quinteto inicial (Van Rossom, Loyd, San Emeterio, Doornekamp y Tobey). Quizá los cinco jugadores más en forma sin el lesionado Abalde por lesión.

Con 70-75 y a falta de 1:32 para el final, un codazo de Dragic a Loyd dio esperanzas. San Emeterio, una vez más, asumió la responsabilidad para anotar un triple a falta de 1:18. Quedaba un mundo, pero quién iba a decir que el marcador ya no se movería. Shengelia falló dos tiros libres pese a no sufrir la presión de la grada. Cometió después falta en ataque, pero los taronja no supieron aprovechar sus malos minutos. Loyd y San Emeterio fallaron dos triples, pero aún tuvieron posesión para ganar, con 18,9 segundos por delante y solo dos puntos abajo (73-75).

Y fue Jordan Loyd (precisamente uno de los jugadores que puede despedirde de La Fonteta rumbo al Estrella Roja y que hundía las esperanzas locales.

El esfuerzo colectivo taronja merecía un mejor final, pero no pudo ser. Las lesiones, el cansancio y la falta de acierto en esos últimos segundos pesaron como una losa y echaron el cierre a la temporada. Ahora llega la hora de poner las notas y de empezar a planificar el próximo proyecto en un mercado de fichajes en el que los taronja puenden ser más ambiciosos que nunca.