Joaquín y Pablo Hernández. O Pablo Hernández y Joaquín. Lo digan como lo digan, los dos interiores derechos del Valencia son la mejor noticia de la pretemporada para Emery. El gaditano y el castellonense están compitiendo a un nivel tan alto por un puesto en el carril derecho del equipo que no sería de extrañar que los dos se ganaran la titularidad este verano. ¿Cómo? El beneficiado está siendo el conjunto blanquinegro y los dos caben en el terreno de juego. No sólo funcionan por separado como hicieron en Hannover y Marsella, también forman una buena sociedad jugando juntos como ayer demostraron en el City of Manchester. Joaquín en la derecha, Pablo en la izquierda, pero alternando posiciones y con mucha movilidad. La lástima es que con el 4-3-3 de los primeros 78 minutos no tuvieran muchas referencias claras en el ataque y tendieran a buscar posiciones más centradas.

A pesar de eso, los dos supieron fabricarse sus jugadas y acabaron el partido con dos remates a puerta cada uno. Más que el propio Soldado. El primero en destaparse fue Pablo. Cogió un balón en la izquierda y emprendió una diagonal que acabó con un potente disparo con su pierna derecha que salió lamiendo el palo. Sólo hubo que esperar unos minutos para que el Pisha tomara el relevo. Pablo inició la jugada, Joaquín recogió el balón en el vértice del área y también probó fortuna. Eran los primeros dos remates de todo el partido. A punto estuvo Joaquín de quedarse delante del portero, pero el árbitro anuló su posición por un ajustado fuera de juego. Los dos futbolistas mantuvieron el nivel tras el descanso. Nada más empezar la segunda parte, Joaquín le puso un balón interior a Soldado. El del Puerto estaba muy activo. Como Pablo. El castellonense no quiso ser menos y le puso en la cabeza otro balón a Soldado que el valenciano remató alto. Parecía que era una competición para ver quien le daba el gol al ´9´. Como no lo hicieron, lo volvieron a intentar ellos, ya con Juan Mata en el campo, y con un 4-2-3-1. Un sistema que les permite tener más referencias ofensivas por delante. Primero probó Pablo con un disparo —el primero entre los tres palos— a pase del asturiano. Luego, fue el turno de Joaquín. También a pase de Juan, controló un balón y lo remató de volea a las manos del portero. No pudo ser. Perdieron, pero Emery puede haber ganado una nueva sociedad. ¿Y por qué no?