«Yo no hablo, que hablen ellos». Esas fueron las palabras de Roberto Soldado cuando abandonaba la Ciudad Deportiva de Paterna. Tenía un cabreo monumental y cara de pocos amigos. El ´9´ sabía que, a pesar de su voluntad y sus buenas sensaciones, no iba a jugar hoy en el Cornellà-El Prat. Algo por lo que había luchado durante los últimos días y que parecía tener a su alcance. No fue así. Emery se reunió con el jugador a primera hora de la mañana y le comunicó personalmente que le «liberaba» del partido para no correr riesgos innecesarios contra el Espanyol y contar con él al cien por cien de cara a la ida de las seminales de la Euroliga contra el Atlético de Madrid. Jugará el jueves, pero quería jugar también hoy.

Soldado se perderá su segundo partido consecutivo de Liga. Jugó unos minutos contra el Real Madrid a pesar de las ligeras molestias, se perdió el partido contra el Rayo Vallecano y su intención era volver ante el Espanyol. El viernes acudió a Paterna en su día libre, aumentó las cargas de trabajo en la jaula, forzó como reconocía ayer el propio Unai y ayer tenía previsto probarse con el grupo. Ni siquiera pudo. Unai le explicó su decisión y el jugador saltó enfadado al campo para correr en solitario en compañía del preparador físico Juan Torrijo. Así lo explicaba minutos después en rueda de prensa el propio entrenador. «Es una decisión difícil, pero creemos que la acertada. Él tiene muchas ganas de jugar y ese deseo de jugar y enfado por no hacerlo es bueno, pero desde la posición médica es mejor no forzar, ya que el partido de mañana es muy importante pero sería mucho más importante que por jugar mañana no pudiera estar en los siguientes partidos. El ayer forzó para probarse individualmente y el tenía ganas de jugar, pero desde el consejo médico era que no forzáramos. La decisión última la he tomado yo. Se la he comunicado y al jugador no le ha gustado. Por eso se ha ido cabreado. Se ha cabreado cuando le he dicho que quedaba libre para este partido por el riesgo que asumía. El domingo pasado su voluntad era de jugar, le preguntamos, salió y acabó mal. Así que ya teníamos una experiencia de que él quería jugar y eso al final le imposibilitó estar el miércoles contra el Rayo. Queremos evitar cualquier riesgo de que este partido suponga no estar en los siguientes», dijo el entrenador.

La pregunta era inevitable. ¿Fue un error llevarlo a Madrid y darle minutos cuando las molestias ya eran evidentes? Emery reconoció que, a diferencia de ahora, los informes médicos, lo aconsejaban. «Las experiencias están para hacer uso de ellas. Las sensaciones de la semana pasada es que estaba para jugar, que tenía una molestia, pero que no daba indicios de más. El jugador y el médico aconsejaban de que podía jugar y que esas molestias en principio no eran una lesión. Una vez jugado, se hizo una exploración y fue cuando se vio que seguía estando tocado. Entonces le di descanso. Ahora, el jugador dice que estar para jugar. Se puede asumir ese riesgo, pero también hay un porcentaje de que no. Las decisiones de la semana pasada fueron acertadas. Las del miércoles fueron acertadas y las decisiones de ahora son acertadas. Si no forzamos en el partido contra el Espanyol, en una decisión acertada, es para que el jueves acertemos y esté».

¿Y la versión de los médicos? Jordi Candel reconoció a SUPER que el jugador había evolucionado perfectamente y que prácticamente estaba para jugar. El médico admitió que si en lugar de ser el partido ante el Espanyol es el del Atlético de Madrid, Soldado habría jugado si Unai así lo consideraba oportuno. Está previsto que mañana entrene con normalidad con el resto del grupo.