A Rodrigo Moreno no le falta ni un ápice de ambición competitiva. Lejos de conformarse con su tránsito del césped al banquillo, el delantero hispano-brasileño mira al encuentro ante el Celta de Vigo con la ilusión de volver a ser protagonista en el dibujo de Nuno Espírito Santo. Hace casi un mes desde su última titularidad y transparenta hambre por los cuatro costados. No baja los brazos y está dispuesto a jugar en cualquier parcela del campo. Incluso de carrilero, que ante las bajas de Piatti y Gayà se desliza como el principal vacío en el esquema del técnico portugués. «No sería la primera vez que juego fuera de mi posición, creo que este año he jugado en la izquierda, en la derecha, arriba... Estoy a la disposición del míster, al final es él quien toma las decisiones y si él piensa que tengo que comenzar jugando pondré lo mejor para benificio del equipo», dijo.

La de carrilero no es su posición ideal, ni mucho menos, pero tampoco es una demarcación desconocida para Rodrigo. En la vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey contra el Rayo Vallecano, el delantero actuó por el carril derecho y cuajó precisamente una de sus comparecencias más destacadas desde que aterrizó en Valencia. «Desde que vine tengo asumido que vengo a aportar, a ayudar al equipo», argumenta el futbolista, que asume con franqueza la realidad de que «jugar con tres delanteros es práticamente imposible», que «el míster ha encontrado el sistema» y el equipo funciona. «Puedo jugar en distintas posiciones, me siento bien y estoy aquí para lo que él decida», remata.

Contra el Rayo en la Copa

Ante el Rayo dejó una contribución brillante que se saldó con un gol y una asistencia y que lo distinguió como una de las sensaciones hasta que le propinó una patada a un contrario y acabó diluyéndose en la paleta de grises. Aquello fue un error y ha aprendido de la experiencia. Ahora descuenta las horas para poder fulminar reticencias sobre el césped. Y es que Rodrigo es una de las principales variantes que acaricia Nuno, a día de hoy, para sustituir a Gayà en el desplazamiento a Vigo. El técnico portugués, que ayer no hizo ningún tipo de probatura en el entrenamiento, apuesta por dar continuidad al sistema de tres defensas, cinco centrocampistas y dos delanteros que le permite hacer rotaciones sin trastocar la identidad del equipo. Rodrigo haría de ala, por la izquierda, y Barragán de lateral, en un sistema asimétrico en el que el hispano-brasileño sería prácticamente un extremo. El técnico portugués también tiene la posibilidad de alinear en a Lucas Orban, aun sabiendo que el argentino es un central marcador y por sus cualidades está lejos de ser un carrilero, entrando en el centro de la defensa Rúben Vezo.

Aprender de los errores

Este miércoles, Rodrigo se mordía las uñas desde la grada viendo a su equipo. «Desde fuera», explica, «me pareció un partido parecido al del Rayo, comenzamos muy bien marcando temprano y el equipo se relajó. El Espanyol tuvo momentos de dominio, pudieron llevarse la victoria pero lo importante es que conseguimos ganar. Hay que intentar mantener un nivel más plano durante los noventa minutos». El partido ante el Celta no será una prueba fácil para el Valencia. «Es un partido complicado», analiza de antemano, «nosotros mismos nos hemos dado cuenta que la Liga es muy competitiva este año. Hemos ganado al Madrid y teóricamente no éramos tan favoritos, la Real le ganó al Barça... Hay que sumar, sumar y sumar». Y es que el conjunto de Berizzo, que demostró en las primeras jornadas que es capaz de competir a gran nivel, no pasa por su mejor momento: «Ellos llegan en un mal momento ahora, tenemos que redoblar la atención. Cuando están en una mala situación lo dan todo para volver».