El Valencia afronta un momento determinante en la temporada. El triunfo ante el Real Madrid ha situado al equipo en una posición óptima para hacerse fuerte en la zona Champions y avanzar en la clasificación, zarpazo a zarpazo. Los jugadores han demostrado que cuando actúan a máxima intensidad son capaces de superar a equipos invencibles como el Real Madrid, triturar al Atlético en su ´terreno´ y hacer sangrar al Barça. Tienen el espíritu y el talento. Las dos herramientas imprescindibles para tomar cualquier escenario. Si bien, Balaídos emerge como una prueba definitiva de carácter y personalidad competitiva. Frente al Celta no puede repetirse una bajada de tensión como en Riazor. Reincidir en los errores del Derbi sería un paso atrás. Y doblar la rodilla en el último instante, como sucedió en Los Cármenes, neutralizaría el efecto hirviente de la victoria ante el Real Madrid. El contexto de la Liga demanda un golpe de mando antes de comenzar la segunda vuelta. El sacrificio en el barro de Ipurua y la pasión ofrecida ante el campeón de Europa en Mestalla marcan el paso.

No se puede fallar en Balaídos. Ese es el punto de partida. A partir de ahí, Barcelona y Atlético se enfrentan en el Camp Nou, mientras Málaga y Villarreal también se miden. Es uno u otro. Los cruces sonríen al Valencia, que ampliará distancias con uno o con sus dos inmediatos perseguidores y recortará puntos con sus predecesores en la clasificación. La jornada es propicia para pegar un buen mordisco, porque los cruces entre rivales directos están destinados a jugar en favor del equipo. Por su parte, el Madrid juega contra el Espanyol en el Bernabéu y el Sevilla visita Almería.

El factor Mestalla

El último partido de la primera vuelta se jugará en casa frente al Almería. Si todo transcurre de forma natural, el Valencia alcanzaría los 40 puntos (una marca muy potente) en el ecuador del campeonato. Después llegará el primer envite del segundo turno ante el Sevilla, de nuevo en Mestalla. De ahí la importancia estratégica de conquistar los tres puntos en Balaídos.

Es el momento de morder. Justo ahora que los rivales en la zona europea muestran debilidades. El Valencia piensa de jornada a jornada, con la única ´interrupción´ del sueño de triunfar en Copa. El Atlético de Madrid batalla en tres frentes de máxima exigencia. Si liquida al Real Madrid, la obligación será batir al Barça (salvo machada del Elche) y luego la final. Mucho castigo para un equipo que el año pasado se ´liberó´ de la Copa, precisamente ante los merengues, y en febrero vuelve Europa. Lo mismo sucede con Villarreal y Sevilla, aunque un escalón por detrás en sus ambiciones ligueras. El Barça está en un momento complejo donde se mezclan problemas dentro y fuera del campo. Es una guerra de desgaste. Mientras, el Madrid se ha ´humanizado´ tras tres derrotas seguidas (Milan, Valencia, Atlético). Está por ver cómo reacciona, aunque su objetivo uno es la Liga. No se trata de marcarse objetivos exagerados, sí de competir paso a paso. Zarpazo a zarpazo. El primero (el esencial) tiene que llegar en Balaídos.