Tras la derrota en La Rosaleda, José Luis Gayà fue uno de los pocos jugadores que dio la cara públicamente. Después de uno de los resultados más duros de la temporada, compareció ante los medios de comunicación para explicarse ante la afición. Comprometió el orgullo y el trabajo del equipo en busca de un cambio. En Cornellà-El Prat, el lateral izquierdo no falló: Respondió como líder en un contexto de exigencia máxima. Con 19 años, tiró del carro y apareció para decidir el partido en favor del Valencia. No se arruga nunca. Primero, conquistó la banda izquierda para poner una asistencia extraordinaria a Pablo Piatti. Después, le sacó un gol cantado a Stuani cuatro minutos antes del 0-2 de Parejo. Gayà rompió el guión de un partido dominado por el miedo al error, fabricó la jugada del 0-1 y evitó el empate. Impuso su genio y fue el mejor del partido, otra vez.

Trascendental en la gestión del juego y determinante en las dos áreas, Gayà es el lateral izquierdo más decisivo de la Liga. No es un capricho avalado por sensaciones. Lleva un gol, cuatro asistencias y unos números defensivos de altos vuelos. Su balance estadístico le coloca al nivel de dos fenómenos como Jordi Alba y Marcelo. El de Pedreguer mezcla llegada, verticalidad, capacidad para poner buenos centros y solidez en la retaguardia. Jordi Alba está en un gol y dos asistencias. Marcelo suma seis pases de gol, pero no ha marcado. El brasileño es el más brillante de la terna en ataque, aunque combina luces y sombras cuando le toca proteger su portería. Gayà compite en un contexto diferente, marcado por el modelo de juego del Valencia. Defiende más y contacta menos con el balón. Si bien, las estadísticas dan forma a un futbolista completo y equilibrado: centra más, despeja más, regatea más y sufre más faltas.

Coco y físico privilegiados

Por regularidad en su rendimiento, Gayà es un jugador imprescindible en el Valencia. Es el tercer jugador con más asistencias de remate, el segundo con más faltas recibidas, el cuarto que más balones recupera y el tercero con más pases de gol. Controla prácticamente todas las situaciones del juego, en defensa y en ataque. La naturalidad con la que entiende el fútbol es el valor que alimenta al resto. Su velocidad física y su rapidez mental cabalgan de la mano. El ´31´ tiene un coco privilegiado. Eso se siente en su enorme personalidad, en su lectura del juego, en su toma de decisiones, en su serenidad, en su rendimiento en situaciones de máxima tensión. Cuanto más grande es el reto, más importante es su respuesta competitiva. No importa si debuta ante la Llagostera, pelea en las semifinales de la Europa League o si toca morder ante el Real Madrid en Mestalla. Ante el Espanyol, comandó el paso al frente del Valencia fuera de casa. Gayà impresiona por la velocidad a la que consume etapas. Rivales poderosos como Carvajal y enemigos peleones como Raúl García ya le han sufrido. Sólo lleva un puñado de partidos en la elite, pero tiene el mando que le otorga el fútbol. Así se percibe por carácter, calidad e idiosincrasia. Gayà es el líder que viene, una especie de Carboni de 19 años hecho en la Ciudad Deportiva de Paterna.

Un guante en la izquierda

Gayà es el lateral izquierdo titular más joven entre los equipos que copan la zona Champions en las principales ligas europeas y el único futbolista de su generación (junto a Samu Castillejo) asentado como indiscutible en Primera. Probablemente, Ricardo Rodríguez (Wolfsburgo) es el más fuerte del momento en la demarcación. El Bayern tiene dos máquinas en Juan Bernat y David Alaba. El inglés Leighton Baines (Everton) hace valer su buena zurda y Baba Rahman (Augsburg), una de las sensaciones de la Bundesliga. En la agenda de los grandes están los ´franceses´ Kurzawa (Mónaco), Raphaël Guerreiro (Lorient) o Jordan Amavi (Niza). Cada uno tiene su estilo, pero en la categoría de pasadores determinantes Gayà está entre los mejores de Europa. Ahí sólo le superan Willems, Baines y Marcelo. Palabras mayores. Hoy, su progresión no admite limitaciones.