El Valencia CF trabaja desde la base para abastecer de canteranos al primer equipo temporada tras temporada. El club quiere que la plantilla tenga un grupo fuerte de jugadores de la Academia y el objetivo es que no se escape ninguno de la Comunitat Valenciana. Meriton ha reforzado esa idea. Hay que tener a los mejores y el Valencia, en dura competencia con el Villarreal y el Levante, cumple con un buen número de ellos. Aunque todos los niños se encuentran en fase de formación, ya hay jugadores que están marcados en rojo porque se les detecta madera de futbolistas. Dentro de ese grupo de jugadores de Fútbol-8 a tener muy en cuenta hay dos niños con apellidos ilustres en la historia del Valencia. Son David y Sergio.

El primer día eran el hijo de David Albelda y el hijo de Vicente Rodríguez, pero con el paso del tiempo se han hecho un nombre propio dentro de la escuela. Los informes de los técnicos son muy esperanzadores y los responsables de la Academia tienen mucha confianza depositada en ellos. «Son buenos de verdad», reconocen en el club. ¿Llegarán algún día a donde sus padres? Es muy difícil. Casi imposible. También es algo que ahora mismo no preocupa lo más mínimo. Por encima de todo está la educación de los pequeños, sus valores, su formación como personas y cómo disfrutan practicando un deporte como el fútbol que tantas alegrías dio a sus familias. Dicho esto, son dos buenos jugadores y generan algo especial cuando se enfundan la camiseta con el escudo del Valencia en el pecho. ¿Será el sentido de pertenencia? ¿Será haber mamado el valencianismo desde bien pequeñitos? Lo que nadie puede dudar es que los dos llevan el ADN de sus padres en la sangre y eso es un orgullo para ellos y para el club.

Hasta los responsables del Fútbol-8 de la escuela se sorprenden con el parecido futbolístico de los dos con sus padres. Parece increíble. David Albelda junior es mediocentro, como no podía ser de otra forma. Sus informes en el club no pueden ser mejores. Tiene buena complexión física, buena colocación táctica y es diestro también. El pequeño David es menos defensivo que el padre, pero lee el fútbol con rapidez, tiene buen manejo de la pelota y una salida de balón organizada. Ese plus de calidad individual le permite jugar de '8' además de '6'. David forma parte de la generación del 2010, es benjamín de segundo año y juega en el Alevín B un año más adelantado contra rivales mayores que él. Es un canterano con proyección.

También desprende mucha ilusión Sergio Rodríguez. En el club impresiona lo mucho que se parece a Vicente por su forma de jugar, de correr, de encarar y de marcharse. También es zurdito. No podía faltar el sello de la casa. Los informes son esperanzadores. Juega de extremo, es vertical, desborda por dentro y por fuera y tiene muy buena conducción. Finta, regate en carrera y centro. Un clon del 'Xiquet' de Benicalap. Resulta emocionante verlo jugar en los campos de Paterna porque recuerda al padre. Sergio tiene dos años menos que David. Forma parte de la camada de 2012 y está compitiendo en su segundo año de prebenjamines.

Son dos jugadores que, más allá de sus apellidos, generan mucha ilusión y emoción en la ciudad deportiva. El tiempo dirá si siguen dedicándose al mundo del fútbol en un futuro o si algún día alcanzan al primer equipo como David y Vicente. Queda muy lejos. Lo importante ahora mismo es que son dos ejemplos de compañeros, disfrutan del fútbol y están en las mejores manos posibles. Las de sus padres.

El '6' y el extremo puro en peligro de extinción

Los perfiles de David Albelda y Vicente Rodríguez cada vez son más difíciles de encontrar en el mundo del fútbol actual. La evolución del juego en la última década ha provocado que cada vez hayan menos mediocentros posicionales y extremos natos en el fútbol profesional y en las generaciones de jugadores que vienen por debajo en las escuelas de fútbol. A diferencia del resto de posiciones, la figura del '6' defensivo y el extremo puro se encuentran en peligro de extinción. Los responsables de la cantera del Valencia se han dado en cuenta de este déficit y ahora mismo es uno de los temas de debate que se plantean en las reuniones de trabajo entre los técnicos y los ojeadores.

No es fácil encontrar mediocentros posicionales que atiendan únicamente al perfil de '6' porque hoy en día abundan los mediocentros 'box to box' con impacto en las dos áreas y mucho recorrido. Cada vez es menos habitual encontrar a ese tipo de centrocampista de contención con tareas de destrucción al que difícilmente veíamos pasar del centro del campo. La evolución del fútbol nos lleva hacia centrocampistas totales capaces de dirigir el juego al mismo tiempo que realizan un desgaste físico brutal de área a área y son capaces de desenvolver en cualquier posición del doble pivote o el trivote. Incluso no resulta extraños verlos actuar partiendo desde la banda como Coquelin.

Tampoco es fácil encontrar extremos. La explosión de Ferran Torres Solo hay que repasar el fútbol español para darse cuenta de que no hay apenas especialistas de banda. La mayoría de futbolistas que juegan por fuera son interiores o delanteros reconvertidos en banda. Los jugadores con la velocidad, la zancada y el desborde de Ferran, igual que en su día fue Vicente, cada vez están más cotizados. Por esa razón Luis Enrique busca en el de Foios un perfil diferente para su selección española tradicionalmente de fútbol más asociativo. Su naturaleza de extremo nato es un plus. Aunque no están de moda, el fútbol siempre necesitará Albeldas y Vicentes.