Muy mal tenía que estar Carlos Soler para perderse la primera final de la temporada contra el Real Mallorca. El ‘10’ se apunta al partido a pesar de la sobrecarga muscular que le obligó a parar un día por precaución. El Valencia lo necesita más que nunca, aunque esté entre algodones. De hecho, con lesión de abductor de un mes incluida, sigue siendo el jugador de la plantilla que más factura en ataque: tres goles (Getafe, Granada y Alavés) y dos asistencias contra Osasuna. Soler es la mejor arma para que el equipo se levante. El equipo necesita su gol, su llegada en zona de tres cuartos, su potencia y despliegue físico, su capacidad de equilibrar el centro el campo y, por supuesto, su liderazgo en el terreno de juego. El Valencia adquiere otra dimensión con él. Contra el Barça volvió al rescate del equipo con un disparo al palo que pudo y mereció cambiar el partido. Carlos tiene la llave de la reacción. José Bordalás lo sabe. Por eso celebra su recuperación. «Está bien afortunadamente. Creemos que vamos a poder contar con él».

Soler es la vida para el centro del campo. Los focos también apuntan a la delantera. El equipo necesita oxígeno desde arriba a base de goles. Maxi Gómez lleva uno. Marcos André otro. El bagaje es insuficiente. El uruguayo afrontará su particular final en Mestalla. Necesita ver puerta de una vez. Bordalás lleva toda la semana trabajando para que juegue más cerca de la portería. Es la única forma de maximizar sus condiciones. El Valencia pagó cara su ineficacia goleadora en el Camp Nou.

Alderete y la portería a cero

Atacar más y mejor ocupa más que preocupa. Aunque verdadera obsesión de Bordalás es recuperar la fiabilidad defensiva de las primeras jornadas. La portería a cero es uno de los objetivos del partido. El Valencia necesita volver a hacerse fuerte en la línea de cuatro. Crecer desde atrás es el único camino posible. El equipo fue capaz de acabar a cero contra el Getafe (1-0) y Alavés (3-0), pero ha encajado en sus otros partidos en Mestalla contra el Real Madrid (1-2) y el Athletic (1-1). El resultado es un preocupante promedio de 1,22 goles recibidos por partido que no encaja en la filosofía de Bordalás. La vuelta de Omar Alderete después de cumplir su partido de sanción es clave, aunque el cuerpo técnico está muy satisfecho con el rendimiento que dio Mouctar Diakhaby en el Camp Nou. Hugo Duro repetirá en la izquierda (cinco partidos seguidos en el once titular) por la lesión de Denis Cheryshev. Dimitri Foulquier volverá a ser la solución a la baja de Thierry Rendall.