Lanzados a por el Cádiz

El Valencia consiguió una victoria cargada de adrenalina y quiere conectar el minuto uno del Mirandilla con el 95 de Mestalla para dar un paso de gigante por la salvación

Celebración cargada de rabia y liberación de los jugadores del Valencia CF

Celebración cargada de rabia y liberación de los jugadores del Valencia CF / F. Calabuig

Pau Pardo

Pau Pardo

El Valencia experimentó el pasado jueves un subidón de adrenalina total. Por ganar y por cómo se ganó. El gol de Javi Guerra hizo temblar Mestalla y proporcionó una liberación de tensión brutal. Por primera vez en toda la temporada el equipo ha ganado dos partidos de manera consecutiva y ahora viajan a Cádiz sabiendo que una victoria les puede acercar y mucho a la salvación. Por la distancia que le puede meter, además de por ganarle el ‘golaveraje’ a otro rival más. Los de Rubén Baraja siguen lejos de un nivel futbolístico óptimo, pero han dejado claro que quieren conseguir el objetivo.

De parecer un equipo sin pulso, condenado a perder un partido detrás de otro por falta de capacidad para revelarse ante la situación a tener un tono anímico fuerte. El Valencia visitará el Nuevo Mirandilla con un objetivo claro, llegar lanzado, o dicho en otras palabras, que el minuto 1 del partido sea casi la continuación del 95 de Mestalla. Salvarse depende de uno mismo y el momento actual es clave porque puede marcar la diferencia entre regresar a un estado de dudas o hacerse fuerte de cara a la recta final del campeonato. Son conscientes de que tendrán mucho menos descanso que los gaditanos, pero también que llegan con los niveles de moral mucho más elevados y en una situación como esta puede ser incluso más diferencial que el tono físico.

Ahora mismo el Valencia se encuentra en una situación deportiva complicada de imaginar cuando se acabó el partido contra el Sevilla en el que parecía que iba cuesta abajo y sin frenos. Dos partidos y seis puntos después todavía está en la pelea y el riesgo de descenso se mantiene más que serio porque todavía quedan 21 puntos en disputa y el margen es de dos, pero el hecho de pasar de ser penúltimo durante el partido porque el Espanyol estaba ganándole al Villarreal a ver a Getafe, Cádiz y el propio conjunto perico por detrás en la tabla dibujan otro paisaje. No uno que no se pueda nublar con una derrota ante los andaluces, pero si uno que pone al equipo ante una oportunidad muy grande en su objetivo de lograr la permanencia: la de dejar mínimo a dos rivales -más el Elche- a dos partidos de distancia si consigue sacar un triunfo en el estadio cadista. La trascendencia del duelo es total en todos los aspectos.

Para lograrlo a Baraja le gustaría poder recuperar a algunos jugadores lesionados como es el caso de Samu Castillejo, aunque sabe de los pocos días que tiene para conseguirlo.

La afición empuja

El Valencia volverá a tener el calor de los suyos fuera de casa y no estará solo ante el combinado amarillo. En apenas una hora se agotaron las 450 entradas puestas a disposición del equipo andaluz para seguidores valencianistas. La hinchada está bajando al barro para sacar a su equipo de él y se movilizaron más de 5.000 personas al estadio del Elche, llevando en volandas a los suyos. En Mestalla, unos días más tarde, se personaron más de 42.000 personas a pesar de ser un día lectivo y el encuentro disputarse a las 19:30 de la tarde, empujando al Valencia incluso después del ‘mazazo’ del tempranero primer gol de Larin tras el error de Diakhaby.

En el estadio del Cádiz, por otra parte, habrá todos los aficionados que el cuadro local ha permitido, pero los blanquinegros se harán oír una vez más a pesar del largo viaje que tendrán que realizar para llegar a un choque que empieza las dos del mediodía.