Rubén Baraja da una lección en la Catedral

El equipo se levantó del 1-0 del Athletic a pesar de arrancar el partido siendo mejores. El técnico superó al Txingurri y sigue potenciando a la plantilla

Los jugadores del Valencia se abrazan al descanso del partido de San Mamés

Los jugadores del Valencia se abrazan al descanso del partido de San Mamés / EFE

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El fútbol no siempre es justo. Ni con los equipos, ni con los jugadores. Mamardashvili fue seguramente, junto a Fran Pérez y Hugo Duro, el mejor de un Valencia valiente y atrevido. Sin miedo. Un equipo que en otra época habría sucumbido tras ese gol de Óscar de Marcos que puso a gritar a San Mamés. Como dijo Baraja tras el encuentro, el 1-0 podía ser un problema si el Valencia se abría y los leones te cogían a la contra. Pero eso parece ser cosa de otro Valencia. Con este, el grupo compite y tiene claro cuál es el camino hacia la remontada. Pero un error final del meta georgiano terminó firmando un empate que también tiene como responsables a aquellos que se quedaron mirando mientras Iñaki Williams jugaba con el balón. De su derecha a la izquierda y así en varias ocasiones. El internacional por Ghana dibujó un centro que acabó con las esperanzas del triunfo pero que no debe tirar por tierra el fantástico trabajo realizado de absolutamente todo el equipo. Incluido el portero, quien dio una exhibición con muchos registros distintos. En el mano a mano, en tiros lejanos y en tiros a bocajarro. El desenlace no hizo justicia ni con él, ni con el grupo. Eso sí, el Valencia CF de Baraja es mucho más de lo que parecía hace dos meses cuando cerró el mercado. Y esa es una fantástica noticia. 

La mejor señal volvió a ser la del banquillo. Si en Mestalla superó a Diego Pablo Simeone hace un mes y medio, en la jornada de ayer tenía delante a Ernesto Valverde, uno de los mejores entrenadores españoles. Y lo cierto es que desde el principio del partido el Pipo superó al Txingurri. Sin restar méritos al técnico del cuadro vasco, el Valencia encontró el camino al gol en varias ocasiones, una de ellas con De Marcos sacando el esférico desde la mismísima línea. Era un aviso, pero Unai Simón tuvo que participar en varias ocasiones. Sin embargo, el primero de la tarde fue para le equipo vasco, que también había avisado un par de veces. 

Este Valencia sin embargo tiene ese punto de ‘maldad’ y de ‘mordiente’ que le faltaba al de hace no tanto. Si con Gattuso era recibir un gol y caerse la temporada pasada, con Baraja eso no sucede. Esta plantilla sabe competir y no baja los brazos. Fue capaz de empatar en el segundo tiempo y no se quedó ahí, pero sí es importante destacar al protagonista. Fran Pérez es el mejor ejemplo de cómo aprovechar la falta de ambición de Meriton en fichar jugadores. Él se ha centrado desde el primer minuto en jugar y en tratar de convencer a Baraja. A pesar incluso de no tener fortuna. Fran había hecho méritos suficientes como para llevar varios goles pero la madera y la mala fortuna se habían cebado con él. Este domingo sin embargo acertó. Y además fue capaz de dar la asistencia del segundo tanto. 

Fran Pérez celebra el gol en San Mamés

Fran Pérez celebra el gol en San Mamés / EFE

Rasgos del Valencia

En definitiva, el Valencia es reconocible, tiene identidad y no deja de pelear. Javi Guerra y Pepelu siguen creciendo. Hugo Duro haciendo cifras. Fran Pérez y Diego López sumando desde cualquier sector del campo y Baraja recuperando efectivos como Canós. Eso sí, Hugo Duro salió con muchos problemas en el hombro y si ya era un problema salir al campo consciente de que a Yaremchuk aún le queda un periodo considerable para estar al máximo y Alberto Marí aún no está recuperado, Baraja puede tener un gravísimo problema en el futuro más inmediato. En definitiva, el Valencia tiene muchas cosas positivas con las que salir de San Mamés, pero cuidado con el futuro más inmediato.