Mestalla es el camino más corto

Si el Valencia hace de su casa un fortín tendrá mucho ganado, sea cual sea el objetivo. De momento, dos triunfos seguidos como local ante rivales, a priori, directos

Pepelu celebra su gol frente al Granada

Pepelu celebra su gol frente al Granada / JM López

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Quién no hubiera firmado un Valencia en octava posición con 18 puntos en su casillero en la jornada 12 de liga. O un Valencia que, juegue mejor o peor, tiene las ideas claras y muere por el escudo como bien dice Baraja en cada rueda de prensa. Y sobre todo, un Valencia que cada vez que juega en Mestalla hace gala a la historia que hay detrás del club. En el templo está precisamente uno de los principales secretos de la hasta ahora sorpredente temporada del conjunto blanquinegro. A falta de una gestión a la altura de un gigante europeo, bueno es el valencianismo.

Hacerse fuerte en casa es el camino más corto para cumplir el objetivo, sea cual sea a estas alturas. El Valencia lo sabe y en las dos últimas jornadas ha hecho los deberes. Ante el Cádiz y el Granada, dos rivales de la zona baja de la tabla y que, a priori, iban a ser rivales directos por la salvación antes de que comenzara el curso. Debe ser el incio de una fortaleza en Mestalla que desemboque en la tranquilidad más absoluta. En esa que permita no volver a considerar a Granada y Cádiz rivales directos y, en definitiva, que evite temblar por la amenaza del descenso en el tramo final de temporada. Rivales de más enjundia como el Atlético de Madrid ya saben lo que es morder el polvo en la capital del Turia, aunque el equipo todavía tiene que mejorar.

Ideas claras

Es la gran baza del equipo en lo transcurrido hasta el momento de la temporada. Baraja tiene sus cartas y sabe cómo jugarlas en cada partido, salgan mejor o peor las cosas. El de este domingo, de hecho, no fue un partido brillante del equipo, pero se ganó gracias a la intensidad y sacrificio que ya se ha convertido en una seña de indentidad. También gracias a un error arbitral que señaló un penalti inexistente, todo sea dicho. En cualquier caso, fue un ejercicio mejor ejecutado en defensa que en ataque, donde las buenas ideas de los ‘nanos’ del Pipo no encontraron la precisión que buscaban. Todo lo contrario en área propia, donde la línea defensiva, especialmente personada en Cristhian Mosquera, superó con creces a la delantera granadina. 

Los pies en la tierra

Es muy difícil no ilusionarse echando un vistazo a la clasificación, y más para una afición acostumbrada a ver a su equipo en Europa año tras año. El Valencia termina la jornada ampliamente alejado del descenso (concretamente 11 puntos), en contra de lo que prometía la confección de la plantilla hace pocos meses, y a un solo punto de los puestos que dan un billete a jugar competición europea. Baraja, sin embargo, no sale de su línea precabida y mantiene el discurso de ‘partido a partido’ a pesar de que ayer consumó su mejor racha desde que es entrenador del Valencia. Cinco partidos consecutivos sin perder, incluido el choque de Copa contra el Logroñés, de los cuales tres son victorias. 

Rubén Baraja durante el Valencia - Granada en el banquillo de Mestalla

Rubén Baraja durante el Valencia - Granada en el banquillo de Mestalla / JM LÓPEZ

En vísperas a un nuevo parón por compromisos internacionales, el próximo compromiso liguero es de lo más comprometido para el Valencia. Será el reencuentro con Vinicius y el Real Madrid, aunque en el Santiago Bernabéu. Sacar petróleo de un escenario tan exigente sería una inyección de moral antes de unas dos nuevas semanas de alto en el camino para recargar pilas y recuperar futbolistas, que buena falta hace. La próxima oportunidad de reforzar el fortín será ante el Celta de Vigo, otro equipo de la zona baja.