Una temporada llena de ayudas al Madrid

El Real Madrid está haciendo una campaña de victimización a través de sus medios oficiales y demás cabeceras nacionales desde que Gil Manzano no le concediese un gol fuera de tiempo en un partido en el que siguió el mismo -cuestionable- criterio en las dos partes, pitando el final cuando Canós robó un balón dentro del área. Desde la capital de España se habla de «persecución» y periodistas afines instan al club a irse de LaLiga, aunque echando la vista atrás a lo que va de temporada, la realidad es que los blancos tienen más que callar en materia arbitral que elementos para la queja. 

Las 27 jornadas que se llevan disputadas están repletas de jugadas grises resueltas en favor de los blancos y también de otras acciones clamorosas, especialmente aquellas en las que les han perdonado tarjetas rojas. En el primer partido de la temporada, sin ir más lejos, no se pitó un clarísimo penalti de Militao sobre Unai Gómez. La decisión la tomó el ‘demonizado’ Gil Manzano, el árbitro con el que los madridistas tienen el mayor porcentaje de victorias de toda su historia. 

Después de que en la segunda jornada el partido contra el Celta se resolviera con una jugada dudosa a favor del Madrid, llegó en la cuarta uno de los grandes ‘atracos’ de la temporada. La víctima fue el Getafe, que vio como daban validez a un gol de Joselu en claro fuera de juego cuando buscó de manera clara y evidente rematar el primer centro que dio pie al rechace en el que convirtió el gol para los suyos. 

En el partido contra el Girona, que finalmente se saldó con una contundente victoria blanca, los catalanes pidieron hasta cuatro penaltis y el partido acabó con la expulsión de Nacho por una entrada salvaje sobre Portu. La sanción que le cayó ya fue escasa, solamente tres partidos, pero es que para mayor gravedad le quitaron uno después del recurso del Madrid. Solo dos encuentros después de una acción sumamente peligrosa y sin intención de jugar la pelota que pudo lesionar de mucha gravedad al atacante murciano. 

En el encuentro contra el Sevilla trajo consigo también una gran polémica con la roja perdonada a Jude Bellingham por una entrada muy peligrosa sobre Rakitic. Cabe recordar que en Real Madrid TV llegaron a decir el sábado que los árbitros tienen una porra para ver quien expulsaba primero al inglés, pero De Burgos Bengoetxea decidió no ganarla. Y hablando de tarjetas rojas perdonadas, también salió de ‘rositas’ Fede Valverde después de propinarle un golpe en la cara a Rubén Alcaraz que el Cádiz protestó en sus canales oficiales. 

Dos jornadas más tarde, contra el Betis, el colegiado se tragó un penalti de Lucas Vázquez sobre Abde, derribado cuando conducía el balón en diagonal. En el siguiente partido el Madrid inauguró la goleada contra el Villarreal en una jugada en la que Bellingham empujó claramente a Capoue para allanarse el terreno y marcar a placer. Contra el Mallorca, dos jornadas después, ganaron con un gol de Rüdiger rematando solo porque Carvajal retuvo a Raíllo con un agarrón -más bien un abrazo- claro. 

Atraco al Almería

El destino, no obstante, tenía todavía preparado el mayor escándalo de la temporada en Liga. El Real Madrid - Almería que fue tildado en los medios andaluces como el «robo del siglo» y lo cierto es que tuvo acciones polémicas para dar y vender, todas resueltas hacia el mismo lado. No sancionaron con tarjeta roja una clara agresión de Vinícius sobre Pozo, pitaron penalti de Kaiky en una jugada en la que al brasileño le dio el balón en la mano estando de espaldas y en una posición antinatural generada porque Joselu le desplazó en el salto.

No quedó ahí, ya que le anularon un gol por falta previa de Dion Lopy a Bellingham en una jugada en la que el senegalés tenía el balón completamente controlado y en su poder. El gol del empate anotado por Vinícius, por otra parte, fue con el bíceps tal y como revelan las tomas frontales, pero no fue anulado. Por si fuera poca ayuda, se remató con un tiempo de descuento de 13 minutos en los que Carvajal hizo el gol de la remontada. Gonzalo Melero dejó las cosas claras en el postpartido: «Nos vamos con la sensación de que nos han robado y encima pensarán que lo han hecho bien», señaló. 

En la siguiente jornada, después del ‘atraco’ a Almería, el árbitro del VAR se hizo el sueco cuando Rodrygo agredió al portero de Las Palmas, Álvaro Valles, con un manotazo en la mano cuando el meta tenía el balón en las manos. Además, se tragaron un penalti de Ceballos, que derribó a Cardona en el área.