«¿Ser un líder? Claro que estoy preparado?» Así de seguro se mostraba David Navarro en la entrevista que concedió a SUPER en su Port de Sagunt natal a principios de junio. Casi dos meses después, puede estar llegando la oportunidad de su vida. El fichaje de David Villa por el Barcelona, la más que probable salida del club de Carlos Marchena y la renuncia de otro de los pesos pesados del vestuario, David Albelda, le convierten en el candidato natural para asumir la capitanía del nuevo Valencia. Un heredero para el brazalete que está dispuesto a dar un paso al frente y colgarse galones en el vestuario. La temporada pasada ya se convirtió en el jefe de la defensa y ahora podría convetirse en el jefe del nuevo proyecto blanquinegro.

David Navarro reúne todos los requisitos para convertirse en el heredero natural del brazalete del Valencia. El primero es la madurez. El defensa central valencianista ha alcanzado su mejor momento de su vida en lo deportivo y en lo personal. Ha crecido después de sus cesiones, ha superado el duro castigo que le impuso la UEFA por los incidentes de aquel Valencia-Inter de Milán de la Champions League y ha alcanzado la madurez como futbolista en el Valencia con Emery. Lo demostró la temporada pasada convirtiéndose en titular indiscutible de la defensa. Sólo las lesiones le privaron de regularidad. Aún así, fue el mejor y tanto Emery como la afición lo supieron reconocer. Pero, Navarro es más que el mejor defensa del Valencia. Es valenciano, del Port de Sagunt, y se ha criado desde niño en la Ciudad Deportiva de Paterna. Él conoce como pocos el club y el vestuario. Es un hombre de la casa y eso le convierte en el candidato.

Pero, un candidato no va a ninguna parte sin personalidad, sin liderazgo y sin respaldo de Emery y sus compañeros. Y todo eso lo tiene David. Tiene personalidad porque es uno de los jugadores que siempre ha dado la cara en las buenas y las malas. Es líder porque lo lleva en las venas y porque no se esconde a la hora de dar un paso al frente y asumir los galones ante el temor de que el Valencia pierda a sus líderes. Así podría hacerlo y así lo pensaba ya hace dos meses. «Según mi forma de pensar, el líder de un vestuario tiene que ser gente veterana, que sienta los colores y que sienta el club. Si me preguntas si siento los colores, te digo que el Valencia es el equipo de mi vida y que para mi jugar en el Valencia es un orgullo». Tiene personalidad, liderazgo y... consenso. Tendría el visto bueno de la mayoría de compañeros y de un Emery que lo ve implicado y que está muy satisfecho con la actitud profesional de David en este nuevo proyecto.

Navarro es un líder natural. Ha llegado su momento, pero la decisión coresponde a los jugadores y al cuerpo técnico. Ellos serán los que den el visto bueno a la capitanía de Navarro en una reunión que no se producirá hasta que el club haya aligerado la plantilla con la salida de descartados. Mientras tanto, David seguirá poniendo su valencianismo al servicio de todos.