«Está claro que hay que hablar de los árbitros», decía Manuel Llorente después de comprobar el día del Barcelona que la estrategia de los dos equipos fuertes de la Liga funciona. Pues hablemos del árbitro, Alberto Undiano Mallenco. Pertenece al Comité Navarro, debutó en primera división con sólo 26 años después de una carrera meteórica por las categorías inferiores. Un árbitro respetado y con experiencia para un partido de tanta tensión como el de esta noche en el Calderón, aunque a menudo su asistente Fermín Martínez Ibáñez —el del banderín— le ha metido en más de un aprieto.

Es la primera vez que dirige al Valencia esta temporada

Undiano todavía no ha dirigido ningún partido del Valencia esta temporada, ni en Liga ni en Copa del Rey. Aquí se le recuerda por aquel gol de Adriano en claro fuera de juego que al final decidió una eliminatoria de Copa a favor del Sevilla, lo que le costó una temporadita en la ´nevera´ a su célebre asistente, pero desde aquello ya ha llovido. Es, en cambio, su segunda visita al Calderón, donde dirigió el pasado 2 de octubre el Atlético-Sevilla (0-0).

Final de Copa en Mestalla y la indirecta de Mourinho

La pasada temporada, el colegiado navarro fue designado para pitar la final de la Copa en mestalla entre el Real Madrid y el Barcelona. Días antes, Mourinho le lanzaba una indirecta en rueda de prensa, dijo que estaba preparando el partido con sólo diez futbolistas pensando en que seguramente sufriría alguna expulsión. Le salió bien la jugada al portugués, Undiano y su asistente acertaron al anular un gol a Pedro y permitieron excesivo juego brusco al equipo madridista. ¿Qué dijeron después los protagonistas? Guardiola los felicitó por su buena vista al acertar «en un fuera de juego de dos centímetros». Desde el Madrid, Sergio Ramos decía que «criticar las decisiones correctas de los árbitros es lo último».

Undiano no es un árbitro de los llamados ´caseros´

Es uno de los árbitros que están por debajo del 50% de triunfos locales en los partidos que ha dirigido, por lo que se le puede tachar de otras cosas, pero no de casero. Años atrás, por su juventud y valentía, se ganó ser considerado el mejor árbitro español, pero quizá con la madurez se ha acomodado. No comete muchos errores, pero cuando lo hace suelen ser graves y acaba perdiendo los papeles. Además, cada vez se le ve más cerca de los grandes. Que no haya que hablar hoy de él.