Para Simone Zaza, la suerte no existe. El ariete italiano sólo cree en el trabajo y en los frutos que gracias al esfuerzo pueden recogerse. El pasado sábado abandonó Mestalla con la amargura de las ocasiones falladas en el partido frente al Sporting. Durante la semana que acaba hoy en el Camp Nou, Simone se ha empeñado cada día, una vez concluido el entrenamiento, en afinar la puntería enfrente del portero. El sábado el ‘12’ valencianista se quedó solo con Jaume Domènech y Chema Sanz, segundo técnico, perfeccionando los remates a puerta.

"El gol no es una cuestión de suerte. Es precisión. Si hubiera metido el balón un poco más a la izquierda con la cabeza o hacia la derecha con el pie... Yo no creo en la fortuna. Yo tengo que hacer goles para poder ganar partidos", dijo poco después del empate a un gol frente a los gijoneses. Y no le faltan razón a las palabras de Simone Zaza. En la segunda vuelta de la Liga la producción y la efectividad ofensivas del Valencia CF se han evaporado. Las ocasiones, los remates y, por supuesto, los goles han bajado alarmantemente en comparación con los ocho primeros partidos de la primera vuelta. Por entonces los blanquinegros sumaban 11 dianas, casi el doble de las seis obtenidas entre las jornadas 20 y 27.

El delantero de 25 años, por el que el club ha comprometido ya su fichaje por 18 millones de euros, necesita descargarse de presión aumentando cuanto antes su cuenta goleadora. Después de diez partidos el de Policoro suma dos goles, los anotados contra Athletic y Real Madrid, que sirvieron para traer tranquilidad en la desagradable misión de alejarse de la zona de descenso. Sin embargo, la racha de Zaza se detuvo ahí. Todo corazón, el italiano conecta con la afición y pone todo de su parte para hallar la "precisión" de la que habla y tanto necesita el Valencia. Más aún, en un escenario como el Camp Nou donde los atacantes del Barça no perdonan. "Son letales", avisa Voro.

Cancelo y Orellana, extremos

El acierto en los momentos del partido en los que los delanteros blanquinegros puedan probar al portero culé, Marc-André ter Stegen, es el factor decisivo para aumenten las posibilidades de dar el golpe. La primera clave que Voro ha trasmitido al grupo. Orellana y Cancelo en los extremos, según lo ensayado este sábado, acompañarían a Zaza a la caza del gol perdido en los últimos tiempos. "Tenemos la ilusión de hacer un gran partido, pero es necesario que estemos acertados en todos los aspectos: mentales, individuales, colectivos... Hay que explotar nuestras virtudes al máximo y minimizar las suyas", indicó Voro. "Explotar nuestras virtudes al máximo" y "tener acierto" son los puntos del decálogo que más veces reiteró el entrenador del Valencia en la previa. "La intención es competir en los más altos porcentajes", repitió el técnico. Y en ataque eso lo tradujo por "aprovechar nuestras oportunidades" y "tener efectividad". "Competir al máximo no es sólo la tan famosa actitud. Es actitud, pero también acierto, trabajar como grupo, reducirles los espacios, juntarse como equipo, estar concentrados...", añadió Voro sobre la fórmula con la que asaltar el Camp Nou.

El espejo en el que mirarse es lo realizado en el partido de Mestalla a finales de octubre, pese a que el entrenador asegura que no hay ánimo de revancha tras la polémica actuación arbitral de Undiano Mallenco y la provocativa celebración de Neymar. "No, lo que hay son ganas de conseguir un buen resultado ante un gran equipo. No miramos al pasado, aunque aquel partido estuvo muy bien, el equipo leyó bien el partido, los espacios que ellos dejaron atrás y faltó muy poco para ganar... el objetivo es rozar el 100% en todos los aspectos, hacer que el Barça se sienta incómodo, con toda la dificultad que eso conlleva por como tienen asumidos los mecanismos del juego", apuntó.

El discurso del entrenador prevé un Valencia férreo, junto y solidario, dentro de un 4-3-3 al que regresará tras cumplir un partido de sanción Enzo Pérez. El plan es "tener efectividad, salir rápido con el balón y aprovechar al máximo nuestras opciones". El conjunto valencianista tratará de sacar beneficio de la verticalidad de hombres como Cancelo y Orellana, que volvería a actuar como falso extremo, y la potencia de Simone Zaza.