Es pretemporada, pero el Valencia CF jugará en un escenario ideal para buscar y encontrar inspiración. Primero, por lo inmediato: corregir los errores subrayados por el PSV en Eindhoven, también para seguir potenciando virtudes. Después, por la visión a largo plazo: el fútbol -moderno- escribió una de sus últimas epopeyas en el King Power Stadium.
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El Leicester City demostró hace un par de temporadas que no hay imposibles. Hace falta determinación, talento, convicción, una idea potente, líderes e inspiración. Todo eso lo tiene el Valencia CF con Marcelino, con el Centenario como motivo y con la ilusión de Mestalla como aliado. Se puede soñar, partido a partido (ya se sabe). Después, los astros se tienen que alinear de forma precisa, como se alinearon para que el Leicester City de Claudio Ranieri conquistase la Premier League 2015/16, superando a todo tipo de potencias: los dos gigantes de Mánchester, Tottenham, Chelsea, Arsenal... De salvar la categoría a campeón, con un bloque pensado para competir en la parte tibia. El milagro del entrenador italiano, actor protagonista en la historia del Valencia CF con aquella Copa del Rey ganada en La Cartuja al Atlético, también tuvo a mucha gente pendiente aquí. Se hicieron muchos paralelismo entre el campeón copero de 1999 y los Foxes, por espiritualidad y por juego: orden defensivo, verticalidad, estrategia, contragolpe. Ranieri explotó a Vardy como hizo con Claudio López. Por qué no soñar con Neto, Mouctar Diakhaby, Garay, Gayà, Dani Parejo, Kondogbia, Carlos Soler y Rodrigo haciendo de Kasper Schmeichel, Wes Morgan, Robert Huth, Christian Fuchs, Drinkwater, N'Golo Kanté, Riyad Mahrez o Jamie Vardy. La emoción es un valor diferencial en este deporte, aunque esta tarde sólo se trate de un partido de pretemporada.
El equipo aterrizó en el aeropuerto de East Midlands (Inglaterra) cerca de las 15:00 horas y por la tarde se ejercitó en el King Power Stadium, un campo coqueto (capacidad para 32.312) y con vida desde 2002. Sus parroquianos han visto muchos partidos de Championship (segunda división) y varios de League One (podría ser un equivalente a Segunda B). Tras la extraordinaria explosión de la temporada 2015/16, Claudio Ranieri fue destituido a finales de febrero de 2017, sólo una temporada después. Craig Shakespeare -su segundo, pasó a primero- duró hasta octubre, cuando llegó el Claude Puel. El francés tiene otro estilo, un paso más sofisticado, como ha demostrado en Mónaco, Lille, Lyon, Niza o Southampton. La verdad es que de aquel Leicester mágico queda poco. La lógica se ha impuesto en la Premier con el Chelsea de Antonio Conte y el Manchester City como sucesores en el palmarés de la liga inglesa. N'Golo Kanté se marchó al Chelsea, después Drinkwater le siguió a Stamford Bridge, Mahrez ha fichado por el City este verano y Robert Huth no ha sido renovado. Vardy resiste, pero Schmeichel tiene un buen montón de pretendientes. El Leicester está proyectado para asegurar una posición tranquila y esperar un pinchazo para atacar posiciones europeas. Zona media.
Una lección superior
La involución también es una advertencia. El desgaste de la Champions, traspasos y fichajes, los cracks imposibles de reponer, los refuerzos con un perfil inadecuado, la estabilidad del modelo, las expectativas descontroladas, el acecho de los tiburones... todo eso subraya las dificultades de las segundas temporadas y la importancia de tener las ideas claras para sobrevivir, establecerse y competir en la pequeña pecera de la élite. Marcelino es Marcelino y el Valencia CF tiene una naturaleza superior a la del Leicester, repuesto en una posición lógica. El carácter valencianistaobliga a competir por todo, contra todos. Ese es el espíritu que hay que seguir alimentando, correspondiente con la idiosincrasia vivida por el club. El paso de Ranieri lo demostró en València. El italiano estableció la base que después continuaron Héctor Cúper y Rafa Benítez. Casi todos los que trabajaban en el club lo hacían con sentido... hasta que las malas decisiones empezaron a sucederse rompiendo la cadena de las grandes gestas. Marcelino y este grupo de jugadores la ha reparado. Pequeñas pruebas como la de esta tarde también ayudan a tocar tierra sin dejar de soñar con lo máximo.
