Mateu Alemany expresó en su comparecencia posterior al partido contra el Barça que, pese a las sensaciones positivas, no se marchaba del todo satisfecho a casa. Los azulgrana se escapaban vivos de Mestalla después de que el equipo hiciera méritos suficientes para conquistar la victoria. Los números en este inicio de curso no están acompañando pero el hecho de haber demostrado la capacidad para plantar cara en cualquier campo, contexto y ante cualquier rival y circunstancia supone una inyección de moral y confianza. En el vestuario interpretan que abrochar la semana Real Sociedad-United-Barça sin encajar una sola derrota y habiendo sumado por fin el ansiado primer triunfo de la temporada tiene un gran valor y que proporciona un contexto fértil para cimentar una dinámica ganadora. El equipo, analizan desde dentro, ha recobrado la línea de la temporada pasada en la mayoría de sus facetas y en las que quedan pendientes, como el gol -es la carencia más vibrante del equipo, que lleva 15 tantos menos que a estas alturas del curso pasado- hay total confianza. Los futbolistas se sienten reforzados a nivel táctico y mental, creen en lo que hacen y están preparados para desencadenar su verdadero potencial y auparse hasta la zona de la tabla donde deben estar: los puestos de acceso a Champions.

Marcelino lo dejó muy claro hace unos días en la sala de prensa de Mestalla: «hay que ganar sí o sí al Leganés». Entonces quedaban 13 días por delante hasta el partido pero el foco ya está puesto. Sin los once internacionales, que ya han partido a defender cada uno los colores de sus respectivas selecciones, todas las instrucciones en la Ciudad Deportiva de Paterna van dirigidas al objetivo de ganar frente a los de Pellegrino. El equipo abraza ese mensaje de exigencia, asume la urgencia por comenzar a sumar de tres en tres y es consciente de que, una vez rehabilitado, ahora afronta unas semanas clave para despegar. Es algo que incluso ha valorado el técnico en público varias veces. Y es que, además de no poder contar con algunos de los jugadores más influyentes en el éxito de la temporada pasada, el Valencia CF ha tenido que lidiar hasta la fecha con un calendario complicado. Esas dos circunstancias, mezcladas, no les han puesto las cosas fáciles. En lo que llevamos de primera vuelta el conjunto de Mestalla ya se ha enfrentado contra 7 de los 11 primeros clasificados de LaLiga: Barça, Atleti, Espanyol, Betis, Real Sociedad, Celta de Vigo y Levante UD.

Los rivales que se encontrará desde ahora hasta el próximo parón de la competición, por el contrario, son de un perfil competitivo algo más bajo -y por lo tanto asequible-, algo que a priori favorece las probabilidades de levantar el vuelo del Valencia CF. Leganés, Young Boys -en dos ocasiones, ida y vuelta-, Athletic, Girona y Getafe son los contendientes a los que se enfrentará el equipo a corto y medio plazo y que van a medir las aspiraciones de reacción de los valencianistas tras un arranque que nadie imaginaba, ni por la calidad del tejido competitivo de la plantilla ni por la dinámica de trabajo en Paterna. La psicología, en este sentido, ha jugado un papel relevante en las primeras semanas del calendario de competición. El equipo se ha blindado ante la frustración y la tensión que podía acumularse fuera por la falta de resultados. No ha caído en la desesperación y se ha aferrado al hecho de que, pese a todo, solo ha perdido un partido, igual que Atleti y Barça. Ese contexto de confianza debe ayudar a relanzar el rendimiento individual de jugadores con margen de mejora como Rodrigo. En el Valencia CF se sienten preparados para ganar.