En cuestión de meses Fran Villalba ha dejado de ser un niño y se ha hecho un hombre. El cambio se mide en su fútbol pero también en sus palabras, en su forma de pensar y procesar la realidad. La distancia corta destila un salto de madurez en el canterano valencianista, que a sus 20 años ha vivido todo lo que puede vivir un futbolista a su edad y algo más. De subir al primer equipo con Nuno primero y Neville después teniendo solo 17 años y alguna que otra etapa de formación todavía por cumplir a quedar en el limbo, sin sitio ni confianza para demostrar con los mayores ni tampoco en la cantera.

La planificación más volátil e inestable del club en los tiempos recientes -entre 2015 y 2017- amenazó con descarrilar a uno de los mayores talentos que han surgido en Paterna, que bajo la confianza de Miguel Grau el curso pasado recuperó el rumbo en el filial y afirmaba en SUPER que "Fran Villalba nunca se fue, yo siempre he estado aquí". Seis meses después de aquella entrevista, la primera desde su irrupción, el centrocampista del Cabanyal vuelve a sentarse con este periódico para hacer balance de sus primeros meses en Soria, donde se ha convertido no solo en una de las sensaciones del Numancia sino también en uno de los jóvenes con mayor impacto en Segunda. Su cesión está dando buenos resultados y el Valencia CF lo sigue de cerca: "Dimos un paso todos en la misma dirección y fue el acertado".

"Este año estoy disfrutando muchísimo del fútbol, estoy feliz, con ganas, con ilusión y tengo que continuar así para poder seguir formándome como futbolista. Yo creo que ha sido todo a mejor, la vida en este tiempo me ha cambiado para bien en todos los sentidos", relata. Su evolución va más allá de los límites visibles del rectángulo de juego y se nota "en sentido anímico, futbolístico, personal... Soy mejor persona y mejor futbolista». La confianza del entrenador está siendo clave. Villalba responde a cada reto que le plantea López Garai. Sintió su confianza "en dos entrenamientos" y de los últimos 12 partidos de su equipo ha jugado los noventa minutos en 11, acumula 1.490 minutos en 19 partidos -el 90,9% del total en LaLiga 1|2|3- y es uno de los hombres fuertes del equipo. Dos goles y tres asistencias dan forma a un buen arranque de temporada pero para medir sus progresos hay que ir más allá. El talento casi siempre está bajo sospecha pero la mezcla con el trabajo es incontestable. Preguntado por su aportación el futbolista responde: "Igual queda mal decirlo pero según los números que me pasan soy uno de los que más balones roba del equipo y uno de los que más duelos gana. Para mí eso es importante porque para jugar en la élite necesitas eso".

En su último partido, contra el Alcorcón, dio una asistencia de gol a su amigo Jordi Sánchez, también ex del Mestalla. Está en un buen momento y ya sabe lo que es marcar, por ejemplo, en El Molinón. Aquella noche, contra el Sporting, anotó con una media volea y después le expulsaron por perder tiempo. Fue una sensación agridulce. "Fue un poco rara, fue también por el campo, la gente apretaba muchísimo y por perder un poco de tiempo me sacó la segunda tarjeta. Bueno, una experiencia más de la que aprender, no se volverá a repetir", explica.

En sus primeros meses ha llevado a cabo una adaptación a la categoría sin traumas -"el fútbol no es como en Segunda B, era un ritmo más lento, como te duermas te comen"- y el Valencia CF monitoriza todos sus movimientos. "Yo sé que el Valencia CF está muy encima de mí, hablo con Jorge López muchas veces, él vino a Soria a estar conmigo, estuve hablando de varios temas con él y para mí es muy importante saber que el Valencia CF está pendiente porque es la primera vez que salgo de casa y me reconforta", comenta. Acabando contrato en 2020 -al final de la próxima temporada- es obligatorio preguntarle por su futuro. "Ahora", responde, "estoy centrado en el Numancia, tenemos que lograr el objetivo de la permanencia y luego mirar hacia arriba. ¿Mi futuro? Tengo contrato con el Valencia CF y voy a pelear como hasta ahora para volver a jugar en Mestalla. Para mí sería un sueño".