Al partido de las leyendas solo le faltó la victoria del Valencia CF. El resultado (1-3), fue en cualquier caso lo más intrascendente de una tarde para recordar en Mestalla. El valencianismo se deleitó con un intenso recorrido emocional en el que, sin lugar a dudas, pasa a ser uno de los hitos más emotivos de su Centenario. Del recibimiento -a la altura de las grandes ocasiones- al homenaje a más de doscientos jugadores icónicos sobre el césped o el saque de honor, a cargo del canterano más joven de la Academia de Paterna, que salió corriendo con la pelota hacia la portería del fondo sur, momento que recordará toda su vida. El partido, acompañado por una jugosa guarnición, fue tan solo parte del espectáculo pero poder ver de nuevo en acción a Ricardo Arias, Djukic, Albelda, Subirats, Kily González, Vicente, Fernando, Farinós, Claudio López, Cañizares y compañía es toda una delicia; un quiebro al paso del tiempo con el que Mestalla pudo disfrutar de los ecos de jugadores que perduran en la memoria colectiva y que todavía conservan algo de todo aquello.

Catanha se coló en la fiesta para convertirse en protagonista por sorpresa. El ex delantero del Celta rescató su famosa 'gaviota' para celebrar en el minuto seis un gol que puso el partido cuesta arriba. La definición, ejecutada con un toque sutil por encima de Palop tras aprovechar un gran pase en profundidad del Lobo Carrasco, compensaba eso sí el marcador. Su gol sirvió como excusa para que se retirara Arias. El mítico central de Catarroja, a sus 62 años, no quiso dejar pasar la oportunidad de volver a sentir lo que es jugar en Mestalla. No haberlo hecho hubiera sido imperdonable para él y aunque no pudo regalarle a la afición más que una pincelada de camino al banquillo se deshizo de la camiseta descubriendo la Senyera que llevaba debajo en homenaje a la final de Copa del '79. La escena valió la pena. «Menuda abuela», bromeaba el protagonista, emocionado, nada más abandonar el césped.

Y de un central a otro porque a punto estuvo de marcar Fernando Giner. Su disparo lo desvió Juanmi hacia arriba y el balón golpeó en el larguero. Marcar un último gol en Mestalla hubiera sido impagable y él estuvo cerca. También lo buscaba el Piojo, uno de los más aclamados. El argentino lo intentó durante toda la primera parte y dispuso de algunas de las ocasiones más claras del conjunto dirigido por Claudio Ranieri. A la media hora, tras una gran asistencia de Angulo desde la banda, el '7' atacó el primer palo pero su disparo salió desviado por unos centímetros. Mestalla tenía muchas ganas del Piojo y celebró con locura su primera gran arrancada, que naturalmente fue una caricatura de lo que solía hacer en la época en la que se consagró como el anticristo del Barça de Van Gaal y uno de los hombres más peligrosos de Europa. Un pase de Mista lo dejó mano a mano con el portero, le tiró el regate para afuera, pero se le quedó demasiado larga y el balón pegó en el poste.

La jugada nació en Vicente, principal generador de peligro del Valencia CF. El 'Puñal de Benicalap' sorprendió a todos por su buen estado físico. Está rápido, fino en el toque, incisivo... Tanto, que su actuación dejó a Mestalla dándole vueltas a lo que pudo haber llegado a ser si las lesiones le hubieran respetado. El primer carrusel de cambio dio lugar a un equipo con mucho protagonismo del Doblete. Se retiraban Voro, Camarasa, Fernando, Palop, Giner... pero se iba a quedar una retaguardia de lo más aseada, con cuatro pretorianos como Carboni, Marchena, David Navarro y Curro Torres. Ni en mil años estos cuatro van a dejar a un rival campar a sus anchas. Si hay que rascar, se rasca. Tampoco tuvo problemas Albelda, que alternó brega, recuperación de balón y criterio en el primer pase con el brazalete a la espalda. Aunque no estaba en el guion el '6' recibió por parte de la grada parte del cariño que le faltó a su retirada.

Marchena, que marró un cabezazo casi a portería vacía, se quedó con las ganas de dedicarle un gol a su hijo y Juan Sánchez falló un penalti que desencadenó la versión más felina del gato de Coria, César Sánchez, que pasó a jugar con España en la recta final del encuentro. El guardameta, entregado a la fiesta, tuvo tres intervenciones de mérito, tanto que acabó disculpándose con sus compañeros valencianistas. Lo compensó, eso sí, sirviendo casi en bandeja el tanto que acabó firmando Di Vaio, la nota 'random' de la tarde. De la Red, de volea, y Catanha, sobre la bocina, hicieron los goles restantes en un partido que por tener tuvo hasta rifirrafes. Y es que saltaron chispas entre Otero y el Kily González, un tipo incontenible. Cañizares, que no estaba previsto que jugara "por motivos psicólogicos", como él mismo había alegado, se acabó animando y Mestalla le agradeció ese regalo con una emocionante ovación.