La cifra es importante, redonda en muchos sentidos. Rodrigo alcanzó los 200 partidos con el Valencia CF ante el Granada. Tuvo que retirarse lesionado, pero el equipo acompañó con la victoria. Habrá más, de todo. El número insiste en la influencia del delantero en la trayectoria reciente del club. Son seis temporadas, 54 goles, 31 asistencias, 90 victorias, 59 derrotas y por encima de todo la final de Sevilla, el gol, la Copa del Rey y un camino tremendo hasta el Villamarín. Rodrigo ha vivido de todo, tres clasificaciones para la Champions y situaciones al límite, renacimiento y autodestrucción en el club. Pase lo que pase en el futuro ahí queda su huella, su compromiso, su discurso claro, el cariño de Mestalla, en las buenas y en las malas. Estos 200 partidos se cuentan con goles y con trabajo para el equipo también. Llegó como apuesta personal de Peter Lim, como campeón de todo en Portugal con Benfica. Tenía 23 años. Ahora es líder, figura internacional, pilar de la Selección. Se ha hecho hombre.

Nuno, Neville, Ayestaran, Prandelli, Voro... Con todos fue titular, jugando demasiados partidos en la banda. El gran salto le llegó con Marcelino. Con Celades y en madurez su juego se ha elevado a otra dimensión. Rodrigo es articulador del ataque, cambio de ritmo y enlace, dobles cifras en goles y asistencias. El tiempo se encargará de juzgar a Rodrigo y elevarlo a la categoría de leyenda, de jugador campeón, como al resto de jugadores de este grupo.