Albert Celades tomó las riendas del Valencia consciente de la oportunidad -única-y del momento de dificultad. No era difícil imaginar lo que se podía encontrar, en todos los sentidos. Por un lado el terremoto generado por el gobierno del club, por otro, una plantilla madura, con margen de mejora, llena de posibilidades, con defectos (por supuesto) y con el carácter ganador a flor de piel. Trabajar con determinados futbolistas también fue un estimulo sustancial. Dentro de ese grupo de jugadores, Soler tenía una posición central en su esquema mental. Potencia, personalidad, visión de juego, llegada... Un centrocampista ideal para dar forma a su estructura. La intención se mantiene y promete ganar volumen.

Celades lo conocía perfecto de las categorías inferiores de la selección y sabía lo que podía dar -en distintas posiciones- dentro de su Valencia ideal. Tres meses después de su llegada, el equipo ha empezado a representar una forma de competir más en línea con el abecé del entrenador catalán y Carlos Soler, en protagonismo. Paso a paso, partido a partido, como se ha hecho evidente en la sucesión Betis, Chelsea, Villarreal. En el Derbi, Carlos arrancó por la izquierda -posición en la que actuó con éxito ante el Sevilla-, pasó al centro y terminó como mediocentro puro, cuando Coquelin pidió cambio y tuvo que entrar Esquerdo. Parejo resistió, pero rodó con el depósito de la gasolina en reserva tras el despliegue ante el Chelsea. Soler fue un plus en control, eje fundamental para sostener la circulación y el equilibrio. Celades apostó por blindar la sala de máquinas a través de la energía y el criterio del ocho. Apuesta acertada. En el Villamarín ya apareció muy cerca del canal Parejo-Daniel Wass en la recta final.

Celades no está improvisando. Antes del partido ante el Betis, el míster le trasladó a Carlos su importancia en clave Champions. Recuperado al límite de su lesión, tenía que jugar minutos en Sevilla para llegar con ritmo de competición al miércoles. La respuesta a esa confianza fue gol ante el Chelsea. El domingo, en el Derbi, dio otro paso al frente, asumiendo la responsabilidad en una posición de enorme impacto táctico, haciendo de Parejo.

Celades ya conocía a Soler de su etapa en la RFEF

Recién llegado, Celades se encontró con la lesión -tobillo- de Soler y no pudo utilizarle hasta la visita al Wanda. Después llegó ese problema muscular que volvió a frenarle a principios de noviembre. Los contratiempos físicos no le están permitiendo tener continuidad. Está semana es perfecta para cargar pilas y tener entrenamientos de calidad. Llegan fechas tremendas y la versatilidad de Carlos es un plus. Marcelino ha sido fundamental en su evolución, pero el corsé de la banda derecha le limitaba. El fundamentalismo del asturiano estaba frenando su evolución. Las partes no querían saber nada sobre ese debate, latente. Celades es más dinámico, ve a Carlos por dentro también y apuesta por darle responsabilidad: «Carlos es un jugador que puede jugar tanto en la banda como en una demarcación interior, se adapta muy bien a todas las posiciones del centro del campo». Carlos Soler cuadra en 4-4-2 o 4-3-3. Ahora mismo, es difícil ponerle límites. Rienda suelta a su naturaleza interior.